¿Qué es una crisis crediticia?

Una crisis crediticia se refiere a las fases en las que los bancos restringen o dejan de prestar por completo debido a la falta de opciones de refinanciación, por ejemplo después de las pérdidas causadas por las crisis financieras y económicas.

Por regla general, una crisis crediticia siempre implica una situación negativa en la economía en su conjunto. Las instituciones privadas restringen sus ofertas de crédito hasta tal punto que ya no está garantizado el suministro habitual a los particulares y empresas de un país. Esto suele ocurrir incluso cuando los bancos centrales proporcionan realmente suficiente liquidez al sistema bancario privado. Esto crea un riesgo importante para toda la economía.

Las razones de una crisis crediticia son múltiples. Si, por ejemplo, se produce una fuerte desaceleración de la economía, los bancos consideran que el riesgo de impago de los préstamos es mayor y reducen sus préstamos. O están tan endeudados debido a las crisis que no pueden obtener fondos para la financiación de préstamos. El ejemplo más reciente de una crisis crediticia fue la crisis financiera de 2007 a 2009, que provocó la mayor recesión económica en todo el mundo desde la Segunda Guerra Mundial.

Efectos de una crisis crediticia

Una crisis crediticia provoca una menor oferta global de crédito a la economía. Como resultado, las inversiones previstas por las empresas se ven obstaculizadas y su liquidez se debilita, en algunos casos de forma masiva. Si la demanda de crédito es mayor que la oferta, existe el riesgo de que la capacidad económica global de actuación sea limitada. La subida se retrasa o, en casos extremos, incluso se impide. Por lo tanto, una crisis crediticia puede conducir a una recesión o agravarla. En el peor de los casos, esto conduce a un mayor número de insolvencias de empresas y hogares, lo que impulsa aún más la recesión.

Las pequeñas y medianas empresas (PYMES) suelen verse especialmente afectadas, ya que no tienen casi el mismo abanico de opciones de financiación que las corporaciones y las grandes empresas, y por lo general también tienen un ratio de fondos propios más bajo. Como resultado, las PYME dependen de una mayor financiación de la deuda, lo que a su vez representa un mayor riesgo crediticio para los bancos.


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