Los usuarios sabían que se arriesgaban a ser procesados y fueron localizados uno a uno por la Guardia di Finanza: así funcionaba la red de IPTV pirata descubierta en la zona de Varese
Sólo era cuestión de tiempo que finalmente ocurriera: la policía pasó de las palabras a los hechos, denunciando a 1.800 abonados a una cadena de televisión pirata dirigida por un hombre de 70 años de Varese. La operación, llevada a cabo por la Guardia di Finanza, puso fin a un volumen de negocio de más de medio millón de euros, a la vez que inició una larga serie de problemas para los usuarios de la IPTV ilegal, que ahora tendrán que responder ante los tribunales por el delito de receptación de bienes robados.
El responsable de la red de distribución de contenidos ilegales en streaming era un hombre de Varese, ya no muy joven (tiene 70 años), pero todavía decididamente inteligente si es cierto que, desde 2017 hasta la fecha, su actividad ilegal le ha hecho ganar unos buenos 500.000 euros. El hombre, entre otras cosas, hacía firmar a los usuarios una especie de contrato que les ponía en más problemas, ya que especificaba que darse de alta en el servicio podría violar las leyes. De hecho, los usuarios no podían desconocerlo, de ahí la denuncia: recepción de bienes robados. El hombre, de 70 años, fue acusado de falsificación, infracción de la propiedad intelectual y fraude informático. El principal error que cometió fue que se había pagado a sí mismo utilizando métodos de pago rastreables.
Piratería en IPTV: cómo funcionaba el "pezzotto"
La "pezzotta" de IPTV de Varese ofrecía a sus usuarios contenidos encriptados de Mediaset Premium, Sky, Dazn y Disney Channel a cambio de una cuota mensual. Así, se podían ver películas, series de televisión y partidos sin límites y a precio de ganga.
El operador de IPTV, entre otras cosas, no tuvo reparos en utilizar los logotipos de las cadenas para publicitar el servicio, que los usuarios podían utilizar desde ordenadores, smartphones, tabletas u otros dispositivos gracias a un navegador de Internet normal. Para suscribirse, sin embargo, era necesario aceptar el "contrato" en el que los usuarios aceptaban explícitamente el riesgo de ser perseguidos civil y penalmente.
Aceptando el contrato, el usuario sólo tenía que realizar el pago (por transferencia bancaria o en una tarjeta de prepago) y comunicar su dirección MAC (Media Access Control, un número que identifica a un dispositivo concreto en una red) y entonces el varesino abría la transmisión de contenidos a todos los dispositivos registrados por el usuario.
Piratería en IPTV: las consecuencias para los usuarios
Este caso, y la forma en que terminó, muestra cómo quienes ofrecen o compran servicios de streaming piratas en Italia hoy lo hacen con la idea de quedar impunes. No sólo los pagos eran fácilmente rastreables, sino que el sistema técnico utilizado facilitaba el seguimiento del destinatario del flujo de vídeo ilegal. El "contrato" es la guinda del pastel: el usuario acepta explícitamente arriesgarse a ser perseguido penalmente.
Esta persecución sí se produjo: el delito de recepción de bienes robados conlleva una pena de prisión de 2 a 8 años y multas de 516 a 10.329 euros (hasta 6 años de prisión y hasta 516 euros de multa si el delito es especialmente leve). Ahora les corresponderá a los clientes de la televisión pirata defenderse ante los tribunales y demostrar, a su costa, que no han cometido ningún delito, aunque hayan firmado un contrato en el que pretendían cometerlo.