A qué distancia están la Tierra y la Luna

En este artículo descubrirás cuánto tiempo se tarda en llegar a la Luna, a qué distancia está la Tierra de este satélite y cómo se miden las distancias.

Saber a qué distancia está la Luna del planeta Tierra es una de las grandes preguntas del mundo, que ha sido respondida por estudios específicos. En realidad, la distancia entre la Tierra y la Luna no es un número único, ya que depende de la posición del planeta y de su satélite. Por ello, muchas personas, durante el último siglo, se han preguntado "¿Cuánto tiempo se tarda en llegar a la Luna?" y han realizado experimentos en este sentido.

El estudio de la medición lunar

Los primeros estudios sobre este tiempo se remontan incluso a los antiguos griegos, quienes, utilizando los eclipses lunares, habían comprobado que la distancia era de unos 60 radios terrestres: una medida muy cercana al valor que se mide hoy en día con instrumentos de última generación. Uno de los primeros experimentos científicos fue el de Doug Currie en 1969 realizó un experimento de medición láser de la Luna, para averiguar cuánto tiempo se tarda en llegar a la Luna.

La distancia Tierra-Luna

Por otro lado, a la pregunta "¿Cuánto tiempo se tarda en llegar a la Luna?" no hay una respuesta única, ya que aunque hay una distancia media de 384.400 km, puede variar desde un mínimo de 363.300 hasta un máximo de 405.500 kilómetros. La Luna orbita alrededor de la Tierra con un movimiento que dura un mes sideral, es decir, 27 días, siete horas, 43 minutos y 12 segundos. Como la órbita es elíptica, la distancia depende de dónde se encuentre la Luna en ese momento.

Cuánto tiempo se tarda en llegar a la Luna

Una vez determinada la distancia, era importante averiguar cuánto tiempo se tardaría en llegar a la Luna para poder planificar los viajes hasta allí. En realidad, esta pregunta no puede responderse de forma inequívoca. La primera expedición duró tres días a la ida y sólo 11 horas a la vuelta. Hoy en día, el transbordador espacial tarda unas 18 horas.

Los primeros viajes a la Luna

La medición de la distancia Tierra-Luna era también un requisito previo para los viajes al satélite. La llegada de la exploración espacial también abrió la posibilidad de explorar la Luna, uno de los proyectos que formaban parte de la carrera espacial entre Estados Unidos y la Unión Soviética. La primera vez que el hombre pisó el satélite fue el 20 de julio de 1969. Neil Armstrong, comandante del Apolo 11, fue el primer astronauta en pisar la superficie lunar.

El aterrizaje fue conmemorado con una placa dejada en la superficie lunar. Siguieron varias misiones, seis en total, pero después de los años 70 los alunizajes perdieron interés, aunque los aterrizajes automáticos de las sondas continuaron durante unos años más. La exploración lunar se reanudó en la década de 2000, aunque siempre con sondas controladas a distancia. China también comenzó sus propias exploraciones lunares en estos años.

El estudio de la Luna

Responder a la pregunta "¿Cuánto se tarda en ir a la Luna?" fue sólo la primera de las grandes preguntas que el ser humano se hizo sobre su satélite. Uno de ellos es el alejamiento gradual de la Luna de la Tierra: como demostró el experimento Luna Laser Ranging, el satélite se aleja de nuestro planeta 3,8 cm cada año. Esto significa que la distancia Tierra-Luna también está cambiando. El fenómeno depende de la fuerza de las mareas. Esto significa que inmediatamente después de su formación la Luna estaba mucho más cerca de la Tierra que ahora.

Como parte del estudio de la Luna, su composición también es muy fascinante. Su composición interna no ha sido plenamente identificada, pero se supone que hay hierro metálico en el núcleo, junto con níquel y azufre.

La superficie de la Luna

Uno de los temas de discusión más interesantes después de la distancia Tierra-Luna es la superficie lunar. De hecho, a lo largo de los milenios, el ser humano ha intentado en varias ocasiones hacer mapas lunares. El primero se remonta al año 3000 a.C., cuando se dibujó una ilustración en una tumba. Pero una concepción más precisa de estos mapas se produjo en el siglo XVII, cuando los astrónomos empezaron a dibujar la cara visible.

La superficie lunar se divide entre mares y cráteres, aunque los primeros no están compuestos de agua sino que son en realidad llanuras basálticas. Sin embargo, se supone la presencia de agua en los cráteres lunares. Por otro lado, es cierto que hay formaciones de hielo. También se especula con la posibilidad de que el satélite contenga agua.


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