Son las que tienen que ver con el metabolismo del animal, y el funcionamiento interno de los diferentes órganos. El organismo debe producir un cambio en su funcionamiento para resolver algún problema del ambiente: la hibernación y la estivación son buenos ejemplos de esto.
El invierno es una época que puede ser muy difícil para los animales, especialmente para aquellos que viven en zonas frías y con nieve. Sin embargo, muchos animales han desarrollado adaptaciones fisiológicas para sobrevivir durante los meses más fríos del año. Estas adaptaciones les permiten ahorrar energía y mantener su temperatura corporal estable.
La hibernación es una adaptación fisiológica que muchos animales utilizan para sobrevivir durante el invierno. Durante la hibernación, los animales reducen significativamente su metabolismo y actividad para ahorrar energía. Algunos ejemplos de animales que hibernan incluyen osos, marmotas y murciélagos. Otros animales, como los conejos y los ciervos, no hibernan pero aún así tienen adaptaciones fisiológicas para sobrevivir al invierno.
Los osos son uno de los animales que hibernan más conocidos. Pueden hibernar durante varios meses seguidos, dependiendo de la especie y la región en la que viven. Durante la hibernación, los osos reducen su frecuencia cardíaca y respiratoria, y no consumen alimentos ni agua. Se alimentan bien antes de la hibernación para almacenar suficiente grasa para sobrevivir.
Los animales que no hibernan, como los conejos y los ciervos, tienen diferentes adaptaciones fisiológicas para sobrevivir al invierno. Por ejemplo, algunos animales cambian de pelaje para que sea más grueso y cálido durante el invierno. Otros animales, como los ciervos, reducen su actividad física y se refugian en áreas protegidas para dormir y descansar durante el invierno.
Durante el invierno, los animales tienen que encontrar formas de obtener alimento. Algunos animales almacenan alimentos antes de que llegue el invierno, mientras que otros tienen que salir en busca de alimento incluso en condiciones climáticas extremas. Los osos, por ejemplo, almacenan grandes cantidades de alimentos antes de la hibernación. Los animales pequeños, como los ratones, pueden almacenar semillas y nueces en sus madrigueras.
En resumen, los animales tienen diferentes adaptaciones fisiológicas para sobrevivir durante el invierno. Algunos animales hibernan, mientras que otros tienen diferentes mecanismos para mantener su temperatura corporal estable y obtener alimentos. En general, los animales tienen que ser creativos y adaptarse a las condiciones extremas del invierno para sobrevivir.
Los animales se refugian de diferentes maneras durante el invierno, dependiendo de la especie y sus adaptaciones fisiológicas. Algunos animales hibernan, lo cual significa que reducen su metabolismo y se mantienen dormidos en un refugio seguro durante todo el invierno. Otros animales migran a climas más cálidos durante el invierno, mientras que otros se refugian en madrigueras, cuevas o agujeros en los árboles. Algunos animales también pueden almacenar alimento para sobrevivir durante los meses de invierno cuando la comida es escasa.
Los animales sobreviven durante el invierno gracias a una serie de adaptaciones fisiológicas. Algunas especies desarrollan capas de grasa para protegerse del frío, mientras que otras tienen pelaje más grueso y denso. También pueden disminuir su ritmo metabólico o hibernar para conservar energía. Además, algunos animales migran a zonas más cálidas durante el invierno para evitar las condiciones climáticas adversas.
No es recomendable poner a un animal en hibernación artificialmente, ya que puede ser peligroso e incluso mortal para algunos animales. Es mejor permitir que los animales sigan sus propios patrones naturales de adaptación al invierno y proporcionarles los recursos necesarios para sobrevivir durante esta temporada.