Las ayudas digitales, como las apps o la tecnología de vídeo, ofrecen a los médicos la posibilidad de superar las distancias espaciales y temporales. Cuando las tecnologías de la información y la comunicación se utilizan para la atención al paciente, se denomina telemedicina.
Aunque el término -entre otras cosas por su novedad- sigue teniendo cierta vaguedad en cuanto a su contenido, se pueden identificar algunas características que se aplican a todos los servicios telemédicos. La telemedicina puede definirse como la prestación de servicios médicos de diversa índole a distancia espacial con la ayuda de las tecnologías de la información y/o la comunicación. Siempre se trata de aplicaciones concretas, como teleconsultas, exámenes a distancia o similares. El término e-salud, algo más amplio, incluye también la administración, la investigación y la docencia en el contexto médico digital.
El objetivo de la telemedicina: apoyar la acción médica sin sustituirla
El objetivo primario y concreto de la telemedicina y al mismo tiempo su contenido principal es la medición, el registro y la transmisión de datos médicamente relevantes o la aplicación de procedimientos médicos con la ayuda de las TIC (tecnologías de la información y la comunicación). El término abarca tanto la comunicación médico-paciente como la comunicación entre médicos de distintas especialidades, así como entre médicos y profesionales no médicos. Los servicios de telemedicina pretenden mejorar la atención médica mediante el suministro de información. Además, la telemedicina debería facilitar la cooperación suprarregional de todos los participantes en el sistema sanitario y hacer más accesible el acceso a los servicios sanitarios. Así, la acción y la toma de decisiones médicas deben apoyarse, pero en ningún caso hacerse superfluas.
Ejemplos de aplicaciones de la telemedicina
La telemedicina se está imponiendo cada vez más en la atención a los pacientes, a más tardar desde la entrada en vigor de la Ley de Sanidad Electrónica en 2015. Las posibilidades van desde las televisiones tras la finalización de los tratamientos agudos hasta las teleconsultas entre distintos especialistas para evaluar un hallazgo, pasando por los servicios de atención y monitorización digital (telemonitorización) en el domicilio del paciente (ejemplo: atención de seguimiento de un ictus).
Servicios telemédicos en la atención acreditada por el SHI
Tras las dudas iniciales, numerosos servicios telemédicos forman ya parte de la atención acreditada por el SHI. Por ejemplo, los siguientes servicios se han incluido en el baremo estándar de tarifas (EBM):
- Monitorización de pacientes con un desfibrilador o un sistema CRT
- Teleconsultas para evaluar los resultados de las imágenes de rayos X/tomografía computarizada
- Consultas por vídeo entre el médico y el paciente después de las operaciones o en caso de viajes largos
- Teleconsultas para evaluar los resultados de las imágenes de rayos X/tomografía computarizada
Además, hay algunos proyectos piloto en toda Alemania en los que se están probando los servicios telemédicos. Se espera que la demanda siga creciendo en el futuro.
Estos son los problemas a los que se enfrenta la telemedicina:
- Mängel in der flächendeckenden Digitalisierung
- keine einheitlichen Technologie-Standards
- fehlende Interoperabilität zwischen den Kommunikationspartnern
- schlechte Akzeptanz oder mangelndes Verständnis seitens der Patienten
- juristische Unklarheiten
- fehlende Wirtschaftlichkeit aufgrund nicht übernommener Kosten