La monitorización de redes es un campo de la gestión de redes que implica la monitorización de todos los componentes e interacciones dentro de la red. Puede hacerse de forma interna o externa a la red. La monitorización de la red desde la nube también es posible.
La monitorización de la red supervisa diferentes funciones y servicios de red. Existen diferentes métodos para ello. La vigilancia pasiva sólo cumple funciones de observación y análisis sin intervenir en las funciones de la red. La supervisión activa de la red, en cambio, incluye cambios en componentes individuales de la red o en protocolos de software. Por lo tanto, tiene lugar en una interfaz entre la supervisión y el control de la red.
También se hace una distinción entre la supervisión externa e interna de la red. La supervisión interna se lleva a cabo directamente en los componentes individuales de la red, mientras que la supervisión externa de la red utiliza dispositivos de supervisión adicionales.
La supervisión histórica se utiliza para comprobar las funciones de la red a posteriori. Por ejemplo, permite planificar la capacidad a largo plazo y detectar los problemas sistemáticos de la red causados por las actualizaciones de software o las mejoras técnicas. La supervisión operativa de una red, en cambio, se realiza en tiempo real, es decir, en tiempo real, para reaccionar inmediatamente a los fallos. En la supervisión de extremo a extremo, los servicios de red se supervisan desde la perspectiva del usuario o del cliente. Para ello, se prueban a intervalos regulares para comprobar si funcionan correctamente. La situación óptima es aquella en la que las posibles causas del mal funcionamiento de la red pueden detectarse y solucionarse antes de que los usuarios de la red noten un problema.
Con la llamada supervisión in situ, los componentes de software y hardware para la supervisión se proporcionan dentro de la infraestructura de red respectiva. Ofrece la máxima seguridad, pero también requiere elevados costes de material y personal. Comparativamente económica y flexiblemente escalable es la monitorización de la red desde la nube, que es ofrecida como servicio remoto por varios proveedores.
Recogida de información centralizada y funciones de alarma
El objetivo de la supervisión de la red es detectar componentes de hardware y software defectuosos, así como sobrecargas y otros fallos de transmisión de datos, y subsanar estos problemas lo antes posible. La recopilación y el tratamiento de toda la información obtenida mediante la supervisión de la red se realiza de forma digitalizada y automatizada en una ubicación central. La información sobre errores y fallos en la red se transmite a los administradores a través de SMS, correo electrónico u otro servicio de mensajería. En caso de fallos graves, el sistema de vigilancia también puede desconectar inmediatamente la red.
Monitoreo de la red con SNMP o WMI
Una herramienta común para el monitoreo de la red es SNMP (Simple Network Management Protocol). SNMP se utiliza tanto para supervisar como para controlar las redes. Para ello, los componentes de la red están equipados con los llamados agentes SNMP, que informan del estado de estos componentes a intervalos regulares a la estación central de supervisión de la red. Si no se reciben estos mensajes, se activan alarmas específicas. A través de SNMP, los administradores de red tienen la posibilidad de recuperar información específica de la red y controlar o configurar componentes individuales.
En las redes basadas en Windows, se suele utilizar WMI (Windows Management Instrumentation) como sistema de monitorización en lugar de SNMP. WMI es una de las funciones principales de la gestión empresarial basada en la web para Windows. Permite acceder a casi todas las configuraciones y funcionalidades de un ordenador o servidor Windows. WMI está integrado en el sistema operativo por defecto desde Windows 2000.