¿Qué es el USB?

El USB es probablemente el sistema de transferencia de datos más utilizado en el sector informático. Puede conectar diferentes dispositivos, así como dispositivos del mismo tipo. El USB es también una prueba del impresionante progreso que ha hecho la tecnología en los últimos 20 años.

La abreviatura USB significa "Universal Serial Bus". Se trata, por tanto, de un sistema de bus en serie que se utiliza para transferir datos. Las informaciones (bits) pasan una tras otra por el cable o la conexión correspondiente. El nombre proviene de la imagen de personas entrando o saliendo de un autobús una tras otra.

Aplicaciones de las conexiones USB

El USB se suele utilizar para conectar hardware externo directamente a un ordenador. Esto se aplica, por ejemplo, a los lápices de memoria o los discos duros externos, así como a los ratones, las impresoras y los teclados. Sin embargo, desde el triunfo de los smartphones, los puertos también se utilizan para cargar dispositivos, ya que también pueden convertir la electricidad y pasarla como energía utilizable.

Los puertos en los que se enchufa un dispositivo externo siempre tienen el mismo aspecto. Tienen forma rectangular, 1,25 cm de ancho y 0,512 cm de alto. En cambio, sus homólogos en los dispositivos externos pueden tener una forma completamente diferente. Los smartphones, por ejemplo, tienen conectores completamente diferentes, pero todos pueden utilizar el estándar.

De 1996 a hoy: la historia del USB

En 1996 se lanzó el USB 1.0. La primera norma permitía una transferencia de datos de 10 Mbit/s o 10.000 bits por segundo. Sin embargo, pronto se demostró que esto era demasiado lento. Por ello, en el año 2000 se introdujo el USB 2.0, que permite velocidades de transferencia de datos de hasta 480 Mbit/s. A día de hoy, la versión 2.0 es el estándar más utilizado.

En 2008 le siguió el estándar 3.0 con una velocidad de transferencia de 4,8 Gbit/s. En muchos ordenadores, estas conexiones siguen resaltadas en color para dejar claro que se trata de la versión 3.0. Sin embargo, para poder utilizar realmente estas conexiones a toda velocidad, ambos dispositivos deben ser compatibles con el estándar.

El siguiente salto se produjo en 2014 con el USB 3.1. La velocidad de transferencia de datos subió a 10 Gbit/s. En 2016, la norma se amplió. Algunos hablan de "3.1 de segunda generación", mientras que otros ya hablan de "3.2". Simplificado, se suele hablar de USB-C. La velocidad de transferencia sigue siendo la misma, pero ahora hay una fuente de alimentación de dos caras. Por ejemplo, ahora un smartphone también puede suministrar energía a un ordenador.

En 2017 se crearon los primeros prototipos de un nuevo paso adelante, que probablemente se llamará USB 3.2. Se podrán realizar transferencias de datos de hasta 20 Gbit/s.


Deja un comentario