Para qué sirve y cómo crear una tarjeta virtual

Con el auge de las compras digitales, cada vez son más las personas que adquieren productos y servicios a través de Internet, lo cual es práctico y rápido, pero al mismo tiempo tiene problemas de seguridad. Las tarjetas virtuales ofrecen una opción innovadora y segura para los pagos electrónicos, pero siguen siendo una herramienta poco conocida e infrautilizada, a pesar de sus muchas ventajas. Veamos en detalle todo lo que necesitas saber sobre ellas, para entender qué es una tarjeta virtual, cómo funciona y cómo crear una.

Qué son las tarjetas virtuales

Comprar por internet es sin duda una forma sencilla y funcional de hacer negocios, pero para realizar una compra digital es necesario utilizar una tarjeta de pago tradicional. Para finalizar el pedido, tiene que introducir los datos de su tarjeta y proporcionar información sensible. Estos datos son guardados y almacenados por muchos sitios web y aplicaciones, con el riesgo de que, en caso de ser hackeados, esta información pueda ser robada por los ciberdelincuentes.

Claro que las tarjetas modernas cuentan con avanzados sistemas de seguridad, pero no es tan difícil que un ciberfraudador pueda clonar nuestro sistema de pago. Para disfrutar de una mayor seguridad en las compras online, es posible utilizar una tarjeta virtual, un instrumento 100% digital sin el clásico soporte físico. Esta solución ofrece unos estándares más elevados para la protección de los pagos en la web, por lo que es importante conocer la tecnología y entender cómo utilizarla.

Cómo funciona la tarjeta virtual

El funcionamiento de las tarjetas virtuales es bastante similar al de un medio de pago normal, pero hay algunas diferencias sustanciales. En primer lugar, estos instrumentos se basan en un sistema de pago existente, como una tarjeta de crédito, una cuenta bancaria o una aplicación. Además, las tarjetas virtualizadas también tienen un código de 16 dígitos, que se utiliza para identificar el medio de pago al realizar una compra, y que es diferente del número de la tarjeta original o del instrumento al que está vinculada la tarjeta digital.

Por supuesto, para proporcionar la máxima seguridad, la tarjeta virtual también está equipada con un código de confirmación CVV2 (Card Verification Value), o un CVC2 (Card Verification Code), un número de tres dígitos que identifica de forma exclusiva la tarjeta de pago cruzándolo con el número de 16 dígitos. Además, el proveedor de servicios financieros también aplica una fecha de caducidad a la tarjeta virtual, por lo que sólo se puede utilizar hasta la fecha especificada por el proveedor.

Cuando se realiza una compra por Internet, se deben introducir todos los datos de la tarjeta digital, como si fuera un instrumento real, indicando el número de 16 dígitos, el código de seguridad CVC2 y la fecha de caducidad. Después, la transacción se realizará a través de la tarjeta real vinculada a la tarjeta virtual, lo que dificulta enormemente el robo de datos sensibles. Este mecanismo también puede funcionar a través de una app asociada, por ejemplo para aquellos servicios que ofrecen una cuenta corriente online que puede gestionarse desde la aplicación móvil.

Un aspecto importante es el relativo al límite de gasto de la tarjeta virtual, ya que estas herramientas telemáticas pueden configurarse según las propias necesidades, teniendo en cuenta las opciones que ofrece el servicio bancario de referencia y los umbrales máximos de la tarjeta original o de la cuenta corriente vinculada. Por regla general, el límite de gasto de la tarjeta digital se puede personalizar sin ninguna restricción particular, pero no puede superar los límites de la tarjeta o cuenta asociada.

Qué tipos de tarjetas virtuales existen

Hoy en día, existen varios tipos de tarjetas virtuales, según la propuesta del proveedor, pero las dos soluciones principales son la tarjeta de crédito virtual desechable y la tarjeta temporal. El primero se crea y sólo se puede utilizar para una compra en línea, por lo que una vez que se utilizan los códigos proporcionados por el proveedor del banco, ya no se pueden realizar otras operaciones de pago. La segunda tarjeta tiene una duración determinada, después de la cual pierde su validez y hay que solicitar otra tarjeta digital.

Las tarjetas virtuales desechables son adecuadas para quienes hacen pocas compras online, o para adquirir un producto o servicio en un sitio cuya fiabilidad es incierta. De esta manera, aunque haya problemas, el daño financiero es muy pequeño, ya que tanto la tarjeta de crédito original como la app de pago o la cuenta bancaria están protegidas. Obviamente, no es muy práctico obtener una tarjeta digital desechable para cada compra, por lo que no son la mejor opción para las transacciones frecuentes.

En este caso, es preferible optar por una tarjeta virtual por tiempo, que puede durar unos días o unos meses, lo que sin duda es una solución más práctica para reutilizar los mismos códigos varias veces. Un posible uso es el pago de un servicio recurrente, como una suscripción mensual, ya que con una tarjeta virtual no se pueden cargar costes adicionales indebidos. Al mismo tiempo, es posible elegir una duración ligada al periodo de suscripción, de forma que después de la última cuota no haya cargos extra.

Cómo crear una tarjeta de crédito virtual

Para obtener una tarjeta virtual, es necesario contactar con una empresa que ofrezca este tipo de servicio, es decir, un banco o una app de pago que ofrezca la posibilidad de solicitar una tarjeta digital. Esta herramienta es cada vez más popular, por lo que ahora hay muchos operadores que ofrecen tarjetas virtuales como opción de pago en línea. Evidentemente, es necesario tener activada una cuenta corriente, o una tarjeta de crédito tradicional o una app de banca online, que son servicios imprescindibles para asociar la tarjeta electrónica.

Sólo queda acceder al área personal, a través de la plataforma de escritorio o de la aplicación móvil, luego hay que buscar el servicio dedicado a la emisión de la tarjeta virtual y seguir el procedimiento guiado. Una vez definidas las características principales, como el tipo de tarjeta, la fecha de caducidad y el importe a gastar, el sistema proporcionará todos los datos de la tarjeta de crédito virtual, incluyendo el código de 16 dígitos, el número de verificación CVV2 y la duración con la fecha de uso, que es ficticia y diferente a la del servicio financiero original.

Elegir un modelo desechable le permitirá realizar un solo pago, mientras que optar por una validez mayor le permitirá beneficiarse de una verdadera tarjeta prepago virtual, similar a una Postepay pero virtualizada. Aunque este instrumento debe estar siempre vinculado a un medio de pago real, puede configurarse de forma diferente a éste, por ejemplo, estableciendo límites diferentes para los topes de gasto, que naturalmente son iguales o inferiores y nunca superiores a los de la tarjeta de crédito asociada.

Cómo bloquear y eliminar una tarjeta virtual

Si se quiere bloquear la tarjeta virtual por motivos de seguridad, la operación es la misma que para una tarjeta de crédito o débito normal. Sólo tiene que conectarse a su servicio de banca electrónica o móvil, seleccionar la tarjeta digital y solicitar la cancelación inmediata, por ejemplo, porque los datos pueden haber sido robados de un sitio web falso. De esta manera, incluso aquellos que tienen los datos de la tarjeta virtual no podrán realizar ningún tipo de pago.

Sin crédito cargado en su interior, las tarjetas online no causan ningún inconveniente, ya que el dinero gastado con la tarjeta virtual se retira siempre en el momento de la tarjeta de crédito original. En caso de bloqueo, no pasa nada: basta con solicitar otra tarjeta digital y su dinero estará siempre a salvo. Las tarjetas virtuales por tiempo, en cambio, se autoeliminan tras su caducidad, mientras que las tarjetas desechables están siempre sujetas a un límite de tiempo, tras el cual hay que crear nuevos códigos a través de la plataforma de banca online.

Quién ofrece tarjetas de crédito virtuales

No todos los operadores ofrecen este tipo de productos. Por ejemplo, no existe una tarjeta virtual de PayPal, pero sí se puede solicitar una tarjeta prepago MasterCard con Iban con soporte físico para conectarla a la cuenta. Entre los proveedores financieros que ofrecen tarjetas digitales están Hype, Neteller, Intesa Sanpaolo, N26 y Tinaba. Luego también hay servicios dedicados a empresas y autónomos, como Soldo y Qonto, a través de los cuales se pueden crear tarjetas virtuales de empresa y corporativas.

Cuáles son las ventajas de las tarjetas virtuales

Las tarjetas virtuales son perfectas para realizar compras online seguras, sobre todo cuando no te fías del portal, o para ofrecer un sistema de pago sencillo y sin riesgos a tu hijo. Además, te permiten un mayor control de tus gastos, ya que puedes definir el importe máximo, el tipo de uso y la duración de la tarjeta, por lo que son ideales para controlar tus gastos. Por supuesto, no son adecuadas para todas las necesidades, ya que algunas transacciones requieren el uso de una tarjeta de crédito física, una tarjeta de prepago tradicional, una app o un monedero digital.


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