Estamos a punto de descubrir qué hay dentro de las pirámides

La clave está en unas ondas de partículas elementales llamadas "muones". Estamos a punto de descubrir lo que hay dentro de las Pirámides.

Desde hace tiempo, la imaginación de los escritores de ciencia ficción -y de los aficionados a las conspiraciones- se ejercita en lo que aún no sabemos sobre las Pirámides. Los misterios que guardan las gigantescas tumbas de los antiguos egipcios, las más famosas de las cuales se encuentran en la llanura de Guiza (las de Keops, Kefrén y Micerino), no tienen nada que ver con extraterrestres o magia extraña, por supuesto, pero eso no significa que no oculten misterios sorprendentes y fascinantes.

El problema es ahora mirar dentro de las Pirámides

El problema es ahora mirar dentro de las Pirámides: sí, porque en las estrechas salas y pasillos de las tumbas, que no estaban pensadas para ser visitadas, y que, de hecho, debían ser protegidas de los asaltantes de todas las épocas, el aire no pasaba durante mucho, mucho tiempo. Por lo tanto, una repentina ráfaga de oxígeno correría el riesgo de arruinar los tesoros contenidos en las zonas internas de las estructuras de base cuadrada o rectangular y, como su nombre indica, de forma piramidal.

Para sortear el problema, los estudiosos congelaron primero cualquier ambición exploratoria, aceptando, por el momento, la inaccesibilidad de los colosales monumentos funerarios. Luego se pusieron a trabajar en las tecnologías. El avance se produjo con una tecnología espacial que utiliza el muón: "Pueden atravesar decenas de metros de hormigón. Incluso atraviesan tu cuerpo sin hacer nada", afirma un físico de la Universidad de Glasgow. Son omnipresentes, penetrantes y libres. Están por todas partes y forman parte del entorno natural". Son ondas de partículas elementales del tamaño de un electrón pero 200 veces más reflexivas.

Cómo se produjo el sensacional descubrimiento de una cámara secreta en Giza

Gracias al muón, más eficaz que los rayos X, los científicos pueden 'mirar a través de las paredes'. Incluso cuando tienen un grosor gigantesco, como en el caso de las emblemáticas estructuras antiguas de Egipto. En 2017, gracias al muón, los arqueólogos descubrieron una enorme cavidad, hasta ahora desconocida, en las profundidades de la mayor de las tres pirámides, la Pirámide de Guiza. Probablemente se trate de una gran sala de 30 metros situada sobre la Gran Galería, el pasillo que conducía desde la cámara de la reina hasta el sarcófago del faraón.

El descubrimiento, uno de los más importantes del siglo XXI, y que no había sido predicho por ningún tipo de teoría, fue posible gracias a ScanPyramids, que trabaja con el muón. Quién sabe qué más nos dirá el uso de estas ondas de partículas elementales de gran eficacia en los próximos años de investigación histórica.

Los secretos ocultos en los pliegues del tiempo no dejan de fascinar a los investigadores: han descongelado un virus de hace 15 mil años y se han lanzado a la búsqueda de los secretos de la Atlántida.

Giuseppe Giordano


Deja un comentario