El PC más pequeño del mundo por 10 céntimos

Más pequeño que un grano de sal es el ordenador que forma parte del desarrollo del 'criptoanclaje' de IBM. Se trata de huellas digitales a prueba de manipulaciones. Entre sus aplicaciones se encuentra la trazabilidad sin fisuras de las mercancías.

El ordenador más pequeño del mundo (1 mm x 1 mm) es una arquitectura de dispositivos de borde y una plataforma de computación desarrollada por IBM, que la compañía presentó en su exposición interna Think 2018 como uno de los 5 principales productos de tendencia futura. El diminuto dispositivo puede controlar, analizar, comunicar y procesar datos. El miniordenador tiene la potencia de un ordenador x86 de principios de los 90.

En el núcleo del procesador se interconectan varios cientos de miles de transistores. En el chip también están integrados la memoria principal, una unidad de comunicaciones LED y una minicélula solar para la alimentación. IBM está trabajando actualmente en los primeros prototipos y quiere producir el diminuto PC en grandes cantidades a un precio inferior a 10 céntimos por pieza.

Este PC, que apenas es visible para el ojo humano, es mucho más eficiente que los chips RFID comunes. Está pensado para aplicaciones de blockchain y puede ayudar a verificar que un producto ha sido manipulado correctamente durante su largo viaje.

Altamente seguros gracias a la criptografía y al blockchain

Los criptoanclajes son altamente seguros porque están incrustados en el producto y consisten en mecanismos criptográficos que permiten una identificación no clonable.

Los criptoanclajes de IBM, a prueba de manipulaciones, pueden incrustarse en productos o partes de ellos y vincularse al blockchain. Al estar vinculados a una blockchain, son idóneos para demostrar la autenticidad de un producto.

Variedad de formas de criptoanclas

Los ordenadores diminutos son solo una variante de criptoanclas en la que trabajan los desarrolladores de IBM. Pueden adoptar una gran variedad de formas, como los códigos ópticos. Por ejemplo, un criptoanclaje podría estar incrustado en un tono comestible de tinta magnética que podría utilizarse para teñir una pastilla contra la malaria. Una gota de agua podría hacer visible este código para que el consumidor sepa que ese producto es auténtico y seguro de consumir.


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