A diferencia de las habilidades duras específicas de cada materia, las habilidades blandas se entienden como capacidades y competencias "blandas" que son efectivas en todas las disciplinas y abarcan las áreas de la personalidad, el comportamiento social y el enfoque metódico.
Independientemente de si se trata de competencias personales, sociales o metódicas, la base de varias habilidades blandas es la inteligencia emocional, que incluye el manejo de las propias emociones, así como la empatía y las habilidades de cooperación en la interacción con los demás.
Clasicamente, las habilidades blandas se dividen en tres categorías, que son mutuamente dependientes y, por tanto, deben entenderse como límites fluidos y no distintos:
- El primer grupo de habilidades blandas comprende las competencias personales, que permiten un manejo óptimo de la propia persona y de las propias capacidades. Van desde la motivación intrínseca, la curiosidad y el compromiso hasta la responsabilidad personal, la confianza en sí mismo y la autorreflexión, pasando por la disciplina y la resiliencia. Un estilo de presentación seguro, una buena valoración de las propias capacidades, así como un lenguaje corporal seguro son buenos indicadores de las habilidades blandas a nivel personal.
Además, existen las habilidades sociales, que describen la calidad de la interacción con otras personas, como compañeros, superiores o clientes. Un alto nivel de competencia social incluye aspectos como la capacidad de comunicación y de trabajo en equipo, una sana adaptabilidad, la empatía y el conocimiento de la naturaleza humana, así como la capacidad de discutir y criticar.No menos importante son las habilidades blandas en el ámbito metodológico. Lo que importa aquí es la capacidad de lograr los resultados deseados con enfoques y técnicas establecidas e innovadoras, así como analógicas y digitales. Una forma de trabajar estructurada, orientada a objetivos y soluciones, habilidades en el área analítica y creativa, así como la gestión del tiempo, la resistencia al estrés y el talento organizativo son características basadas en habilidades blandas metodológicas distintivas.
Habilidades blandas distintivas como prerrequisito para puestos de trabajo emocionantes
Además de las cualificaciones puramente profesionales, que también se conocen como habilidades duras, las habilidades blandas se enfatizan en muchos anuncios de empleo de manera especial. Se supone que proporcionan información sobre la madurez personal del solicitante, su productividad y su forma de trabajar en equipos posiblemente interdisciplinarios.
A diferencia de las habilidades duras, que pueden demostrarse con precisión, por ejemplo, mediante un título académico o una determinada experiencia profesional, las habilidades blandas no pueden medirse de manera uniforme. Muchos responsables de RRHH evalúan el grado de ciertas habilidades blandas a través de la información contenida en los documentos de solicitud, la impresión personal del solicitante y preguntas específicas en la entrevista. Aspectos del CV como el trabajo voluntario, la formación continua regular, las aficiones exigentes o las referencias de antiguos empleadores también pueden indicar un cierto nivel de competencias blandas.