¿Qué es un smartwatch?

Un smartwatch es un reloj de pulsera electrónico y digital que, además, está equipado con sensores y actuadores y tiene funciones y conectividad como un ordenador.

El primer reloj de teléfono móvil con su propia tarjeta SIM salió al mercado en 1993. Sin embargo, el gadget sólo se convirtió en un smartwatch cuando se sincronizó con los smartphones. Microsoft presentó su modelo SPOT en 2003, que podía mostrar cierta información de Internet. En los años siguientes, casi todos los grandes fabricantes se subieron al carro de los smartwatches:

  • Sony 2008: "MBW 150" con pantallas de información y conexión Bluetooth al móvil para la reproducción de música,
    • Texas Instruments 2010: "Chronos" con uso de sensores de presión atmosférica y aceleración,
      • Sony 2012: "SmartWatch" con pantalla a color,
        • Pebble 2012: "Casio",
      • Samsung 2013: lanzamiento de la serie de modelos "Gear",
        • Google 2013: presentación del sistema operativo Android Wear, una plataforma de smartwatch para emparejar con smartphones Android,
          • Motorola 2014: "Moto 360", el primer smartwatch redondo,
            • Apple 2014: tres modelos - "Apple Watch", "Apple Watch Sport" y "Apple Watch Edition".

Mientras tanto, incluso los fabricantes suizos tradicionales se han unido a las filas de los productores de smartwatches, equipando los relojes de pulsera de cuarzo convencionales con pantallas analógicas con funciones adicionales.

Opciones de smartwatch

Los smartwatches actuales son planos y están equipados con una pantalla redonda o rectangular. La mayoría de los modelos se asemejan a los clásicos relojes analógicos o digitales. Además de la hora y la fecha, pueden utilizarse, por ejemplo, como reloj de fitness para medir el pulso y contar los pasos mientras se corre. Del mismo modo, se puede transmitir una amplia gama de otra información -informes meteorológicos, informes de tráfico, datos de vuelo, correos electrónicos, tweets, etc.- por lo que el smartwatch suele estar conectado a un smartphone a través de Bluetooth o Near Field Communication.

El dispositivo central de entrada y salida es la pantalla, que suele estar diseñada como una pantalla táctil. Dependiendo del diseño, también hay una interfaz de audio para reproductores de MP3 y asistentes de voz, sensores para recopilar datos sobre el usuario y el entorno, y actuadores que pueden implementar comandos y desencadenar acciones.

Un smartwatch puede ser equipado con funciones adicionales a través de aplicaciones adicionales. Está habilitado para Internet y puede interactuar con el usuario y otros sistemas y dispositivos. Esto hace que forme parte del Internet de las Cosas y de las interacciones hombre-máquina y máquina-máquina.

Puntos críticos

Un smartwatch permite realizar consultas discretas de información por parte del usuario y también puede monitorizar y evaluar funciones corporales. Por un lado, esto crea opciones positivas para el cuidado de la salud personal, para el deporte y el fitness, y para el acompañamiento de pacientes o personas mayores. Los críticos, sin embargo, ven sobre todo problemas para la protección de datos y la autonomía de la información de los consumidores, ya que la omnipresencia de los dispositivos permite simultáneamente numerosas posibilidades de vigilancia. Aquí es donde la ética de la información y la tecnología, así como las ciencias jurídicas, son necesarias para elaborar soluciones viables.

Los retos económicos y técnicos para el futuro del smartwatch son la integración en el creciente negocio de los móviles, así como la ampliación de la hasta ahora bastante corta duración de la batería. Aquí se investiga la generación de energía a través de los movimientos del brazo.


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