¿Por qué mi teléfono se vuelve más lento con el tiempo?

Todo el mundo ha notado una ralentización en su smartphone después de meses o años de uso, aquí te explicamos cómo solucionar esta situación

A menos que seas uno de esos consumidores que cambian de smartphone cada seis meses, es normal que notes una bajada de rendimiento en tu dispositivo móvil después de un tiempo. En concreto, al cabo de unos meses empezamos a notar ralentizaciones. Qué causa estos problemas y cómo se pueden solucionar?

La caída del rendimiento no se debe sólo a la marca o al precio del teléfono. Casi todos los teléfonos inteligentes tienden a no funcionar tan eficientemente después de un tiempo como lo hicieron en los primeros días. Por supuesto, un teléfono básico es más probable que pierda rendimiento antes que uno de gama alta, pero los usuarios suelen ser los culpables de las ralentizaciones. Un buen borrado de memoria suele ser suficiente para que el smartphone vuelva a funcionar. Pero en algunos casos, especialmente si tenemos el teléfono desde hace varios años, esta solución puede no ser suficiente. Afortunadamente, hay toda una serie de acciones que puedes llevar a cabo para recuperar tu dispositivo.

Actualizaciones

Actualizar constantemente tu sistema operativo móvil es siempre recomendable. Pero es normal que cada nueva versión esté diseñada para teléfonos cada vez más potentes. Así que si tenemos un dispositivo antiguo y el fabricante lanza una actualización del sistema operativo, ya sea Android, iOS o Windows Phone, no debemos instalarla con los ojos cerrados. Es posible que nuestro smartphone no tenga el rendimiento suficiente para la nueva versión. Lo mismo ocurre con el sistema operativo que con las aplicaciones. La mayoría de las apps más populares y utilizadas, como Instagram, WhatsApp o Facebook, reciben constantes actualizaciones. Descargar una nueva versión cada vez podría hacer que tu smartphone se sobrecargue. Sobre todo si tu smartphone no tiene mucha memoria interna. Con el tiempo, las distintas aplicaciones tienden a consumir tu memoria RAM y tu CPU. ¿El resultado? Bugs y carga constante. En definitiva, una experiencia de usuario para olvidar. Por eso no siempre hay que instalar la última versión, y además si tenemos un teléfono antiguo debemos pensar en hacer un escaneo de las apps para eliminar las menos usadas. También podemos instalar las aplicaciones Lite de las distintas redes sociales. El verdadero problema de utilizar versiones antiguas de las aplicaciones es la ciberseguridad. Mucha gente no lo sabe porque no las usa y piensa que no están activas, pero la razón de las ralentizaciones y el consumo exagerado de batería en la mayoría de los casos son las apps que trabajan en segundo plano. Son aplicaciones que siguen funcionando aunque no las estemos utilizando. Las aplicaciones de mensajería y correo electrónico, en particular, siguen funcionando así. Pero también muchas aplicaciones sociales. ¿Qué podemos hacer para resolver este problema? Sencillo, vamos a los ajustes y en el apartado de batería comprobamos qué apps consumen más energía. En este punto tenemos dos soluciones: desinstalar la app o bloquear su activación en segundo plano.

Memoria

La mayoría de los smartphones utilizan memoria flash. Esta memoria garantiza un rendimiento eficaz al principio de su vida útil, pero cuando empieza a llenarse tiende a reducir considerablemente la velocidad del propio dispositivo. Hay tres tipos de memoria NAND: SLC, MLC y TLC. Pero todos los tipos de memoria más utilizados tienen límites en el ciclo de escritura por célula de memoria. Entonces, ¿qué podemos hacer para evitar las ralentizaciones? Manténgase siempre por debajo del 75% del espacio total de la memoria.


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