La pandemia del Covid 19 ha acelerado la transformación digital de una manera que nadie esperaba. Julien Ahrens, hacker de Hackerone parte de la base de que las empresas se enfrentarán a un número cada vez mayor de ataques.
Para la clasificación: Hackerone forma una plataforma para poner en contacto a empresas y hackers con motivación ética, los llamados hackers de sombrero blanco. El objetivo es identificar las vulnerabilidades informáticas de los sistemas en una fase temprana e informar de ellas a las empresas para que puedan solucionar los agujeros de seguridad. El objetivo es evitar un ataque de los ciberdelincuentes, que podrían causar grandes daños económicos y más. Ahrens supone que los futuros ciberataques se dirigirán específicamente a quienes acaban de empezar a digitalizarse. Un hecho que le preocupa especialmente en Alemania es la enorme velocidad con la que las instituciones estatales, por ejemplo las escuelas, ponen todos sus datos en línea.
Actividades como la educación en casa, que básicamente no existían antes de la pandemia de Corona, son ahora el estándar de muchas escuelas. Han tenido que construir digitalmente sistemas y procesos con muy poco tiempo. En principio, por supuesto, esto es bueno para el futuro, pero también lleva tiempo cuando se trata de la seguridad informática. No sólo le preocupan las deficiencias técnicas que pueden producirse y dar lugar a problemas de seguridad, sino que también se refiere a la concienciación en materia de seguridad del personal docente y de los alumnos.
"En 2021 aumentarán los ataques de todo tipo porque cada vez hay más empresas en línea", explica Ahrens. Pero cree que un tipo particular de ciberataque cobrará protagonismo, incluso aumentará exponencialmente, y eso también más que los ataques puramente técnicos. Se trata de "ingeniería social". Los ataques de ingeniería social se dirigen a personas que no están suficientemente protegidas y sensibilizadas porque las empresas no han tenido tiempo suficiente para educar a sus empleados sobre la amenaza.
Cuando se trata de trabajar con hackers, Julien Ahrens está seguro de que las actitudes hacia el uso de hackers con motivación ética como una salvaguarda adicional para la seguridad informática, seguirán siendo influenciadas positivamente. En su opinión, es una consecuencia lógica que cuando las empresas tienen que trasladar una mayor parte de sus actividades a Internet, la necesidad de seguridad aumenta en consecuencia.
Debido a la creciente concienciación, especialmente en los medios de comunicación, las empresas son cada vez más conscientes de la ventaja que los hackers pueden ofrecer a las organizaciones. Es decir, los hackers encuentran vulnerabilidades de seguridad y son pagados por las empresas para que las arreglen antes que los atacantes criminales.
Acerca de los autores
Julian Ahrens trabaja con Hackerone, una plataforma de seguridad para hackers con motivación ética, los llamados hackers de sombrero blanco. Juntos, pretenden que las empresas estén informadas de las vulnerabilidades de sus infraestructuras informáticas y las solucionen antes de que puedan ser descubiertas y explotadas por los ciberdelincuentes.
Marten Mickos es director general de Hackerone.