El CEO de Microsoft, Satya Nadella, ya había anunciado dolorosos recortes. Ahora el gato está fuera de la bolsa: Microsoft suprime 7.800 puestos de trabajo, principalmente en la división de telefonía, y amortiza 7.800 millones de dólares de la adquisición de Nokia. Esa cifra es superior a los 7.200 millones de dólares que el fabricante estadounidense pagó por la división de móviles de los finlandeses.
Se sabía que la división de teléfonos de Microsoft, que se hizo con Nokia, no iba muy bien. Pero una pérdida de 7.800 millones de dólares es sorprendente. Esta suma perjudica incluso a una empresa multimillonaria como el gigante del software. Sin embargo, los 7.800 empleados que perderán su empleo en el transcurso de la reestructuración de la división de móviles son los que tendrán que pagar las malas cifras de Windows Phones.
La gama de modelos se reducirá
Microsoft no renunciará por completo a sus propios smartphones y, sobre todo, a Windows 10 como sistema operativo para teléfonos inteligentes. En su lugar, los de Redmond quieren apoyarse más en los socios para crear "un ecosistema Windows dinámico", que debería incluir también su propia familia de dispositivos, según dijo Nadella en un correo electrónico a la plantilla de Microsoft.
En términos concretos, esto significará probablemente que la variedad, últimamente bastante rampante, de dispositivos de entrada baratos pero poco rentables será recortada radicalmente y sólo quedarán unos pocos Lumias, que probablemente cubrirán todas las gamas de precios. En cualquier caso, los 940 como nuevos dispositivos insignia encajan en la nueva estrategia. La mayoría de los puestos de trabajo se suprimirán probablemente en las restantes fábricas adquiridas por Nokia. Es de esperar que Microsoft siga el ejemplo de muchos fabricantes, entre ellos Apple, y que los dispositivos sean producidos por fabricantes contratados en China.
Sin embargo, está por ver el éxito de la nueva estrategia. Hasta ahora, los fabricantes de smartphones no han hecho precisamente cola para que se les permita sacar al mercado dispositivos con Windows.
La nueva estrategia no será un éxito.