La emoción era grande, después de todo, Microsoft ha robado al mundo de la red. Con Windows 8.1, la compañía de Redmond quiere ahora "acomodar" a sus usuarios y admite así, indirectamente, un error fatal: la ausencia del botón de Inicio y la consiguiente inutilidad de Windows 8.
Con Windows 8, Microsoft sacó un sistema operativo completamente nuevo -nada era igual que antes-: optimizado para pantallas táctiles, live tiles, apps y vistas en dos pantallas, por enumerar sólo algunas innovaciones visuales. Un sistema operativo para todos los dispositivos, ¡eso sólo podría salir mal! Por no hablar de que hasta ahora uno de cada dos sistemas operativos de Microsoft ha sido un "fracaso". Windows ME no convenció, pero el producto posterior, XP, sí. A esto le siguió el fracaso de Vista, y luego llegó el éxito de Windows 7.
El mayor problema de Windows 8 parecía radicar inicialmente en las dos vistas. Algunos programas sólo funcionan cuando se inician desde la interfaz del escritorio. Esto requiere cambiar con frecuencia entre la vista de mosaico y la de escritorio y muchos usuarios lo siguen considerando molesto. El ser humano es un animal de costumbres, así que ¿por qué esta interfaz en forma de mosaico?
Una vez superado el shock inicial de Windows 8 y digerida la avalancha de nuevas impresiones, ese vacío en la esquina inferior izquierda de la pantalla se hizo notar de repente. El 26 de octubre de 2012, Microsoft lanzó Windows 8 y prácticamente arrancó las tripas del sistema operativo Windows.
Era el corazón de toda interfaz de Windows. Sin ella, nada funcionaba. Buscar, encontrar y configurar programas y dispositivos, apagar, reiniciar... todo esto y mucho más era posible gracias a este pequeño "botón" redondo, decorado con el logotipo de Windows. Y entonces: ¡simplemente desaparece el botón de inicio!
Por fin hay una explicación de por qué trabajar con Windows 8 es casi imposible: es por la falta del botón de Inicio.
Los desarrolladores de Windows 8 seguramente no eran conscientes de lo que hacían al omitir el botón. Completamente desorientados, los frikis de la tecnología y los nerds de la moda pincharon, lo dieron todo para encontrar su camino con Windows 8... ¡en vano!
Microsoft tuvo que reaccionar. En verano de 2013, la compañía de Redmond anunció Windows 8.1 y con él unos cuantos cambios y mejoras... y el regreso del año: ¡el botón de Inicio!
Desde el 18 de octubre de 2013, los usuarios de Windows 8 pueden actualizar a la versión 8.1 de forma gratuita y así revivir el botón de Inicio. Hay que reconocer que se ve un poco diferente. Ahora es cuadrado. Y cuando haces clic en él, sólo cambias de la vista de mosaico a la vista de escritorio y viceversa. Con un clic derecho, puedes llamar al administrador de tareas o al Explorador de Windows, por ejemplo. El PC, el portátil o la tableta ahora también pueden apagarse y reiniciarse mediante el botón de inicio. El menú clásico, utilizado en versiones anteriores, sigue sin estar disponible. Pero eso no importa. Lo decisivo de Windows 8.1 es que por fin ha desaparecido el bostezante vacío de la esquina inferior izquierda de la pantalla. □