La narrativa engloba subgéneros como la epopeya, el cantar de gesta, el poema heroico, la novela, el cuento o relato corto, la leyenda, el cuento tradicional, el mito, la fábula, el romance y todo tipo de relatos en general o en concreto.
La narración es un recurso literario que permite la transmisión de una historia, hechos o sucesos de manera escrita o hablada. Es fundamental para la comunicación y la comprensión de la realidad. En este artículo, exploraremos los diferentes tipos de narración, cómo identificar al narrador, los elementos de la narración y su relación con la memoria.
Existen tres tipos de narración: la narración en primera persona, la narración en segunda persona y la narración en tercera persona.
La narración en primera persona se desarrolla a través de un narrador protagonista que cuenta la historia desde su propia perspectiva. Se caracteriza por el uso de los pronombres personales yo, mi, me. Un ejemplo de este tipo de narración es la novela «Las aventuras de Huckleberry Finn» de Mark Twain.
La narración en segunda persona se dirige directamente al lector o espectador, utilizando el pronombre tú. Este tipo de narración es menos común y se utiliza principalmente en obras teatrales o poesía.
La narración en tercera persona se desarrolla a través de un narrador que cuenta la historia desde una perspectiva externa. Se utiliza el pronombre él o ella para referirse al personaje principal. Este tipo de narración es el más común y se utiliza en la mayoría de las novelas y cuentos.
Para identificar al narrador, es necesario prestar atención al tipo de narración utilizado y a los detalles proporcionados por el narrador. En la narración en primera persona, el narrador es el personaje principal y cuenta la historia desde su propia perspectiva. En la narración en tercera persona, el narrador es externo al personaje principal y cuenta la historia desde una perspectiva objetiva.
Los elementos de la narración son los componentes que conforman la estructura de una historia. Estos elementos son la trama, los personajes, el ambiente, el conflicto y el estilo.
La trama es la secuencia de eventos que conforman la historia. Los personajes son los seres ficticios o reales que intervienen en la trama. El ambiente se refiere al lugar y tiempo en que se desarrolla la historia. El conflicto es la situación problemática que enfrentan los personajes. El estilo se refiere a la forma en que se cuenta la historia, incluyendo la elección de palabras, el tono y la voz narrativa.
La memoria es un proceso cognitivo que permite la retención y recuperación de información. En la narración, la memoria texto académico se refiere a la capacidad de recordar y comprender la información transmitida en una obra literaria. La memoria de trabajo es la capacidad de mantener información en la mente a corto plazo y manipularla. Sus componentes son la memoria verbal y la memoria visual.
Según algunos autores, la memoria de trabajo es fundamental en la narración, ya que permite la comprensión y retención de la información transmitida. Además, la narración puede ser utilizada como una herramienta para mejorar la memoria verbal y visual.
En conclusión, la narración es un recurso fundamental para la transmisión de historias y sucesos. Es importante identificar el tipo de narración y prestar atención a los elementos de la narración para comprender la historia. Además, la narración tiene una estrecha relación con la memoria, ya que permite la retención y comprensión de la información transmitida.
Según algunos autores, la memoria de trabajo es un tipo de memoria a corto plazo que se encarga de mantener temporalmente la información necesaria para la realización de tareas cognitivas complejas, como la comprensión del lenguaje o la resolución de problemas. Esta memoria también puede estar involucrada en el proceso de narración, ya que permite al narrador mantener en mente la información relevante para la historia y su relación con los elementos narrativos.
La memoria de trabajo se encuentra en el cerebro humano. Es un sistema que nos permite mantener temporalmente información relevante para realizar tareas cognitivas complejas.
La memoria de trabajo se puede medir a través de pruebas cognitivas que evalúan la capacidad de retener y manipular información en un período corto de tiempo. Estas pruebas suelen incluir la repetición de números o letras en orden inverso, la resolución de problemas matemáticos complejos y la retención de información verbal o visual por un corto período de tiempo.