- Inventario de existencias de naturaleza regular o cíclica.
- Inventario de existencias obsoletas, muertas o perdidas.
- Inventario disponible.
- Inventario en línea.
- Inventario en cuarentena.
- Inventario físico.
El inventario es un registro detallado de los bienes y materiales que se encuentran en una empresa. Se trata de una herramienta crucial para la gestión de almacenes, ya que permite tener un control preciso de los productos y materiales que entran y salen de la empresa. En este sentido, existen varios tipos de inventario, cada uno con sus propias características y aplicaciones.
Uno de los tipos de inventario más comunes es el inventario periódico. Este sistema consiste en realizar una revisión manual de los bienes y materiales almacenados en un momento determinado. Aunque puede ser útil para pequeñas empresas con pocos productos, no es muy eficiente para empresas con un gran volumen de inventario, ya que requiere mucho tiempo y esfuerzo.
Otro tipo de inventario es el inventario permanente, que se actualiza de forma continua a medida que los productos entran y salen del almacén. Este método es más preciso y eficiente que el inventario periódico, ya que permite tener un control en tiempo real de los productos y materiales almacenados.
En cuanto a los métodos de valoración de inventario, uno de los más utilizados es el método UEPS (Último en entrar, primero en salir). Este método consiste en valorar los productos a partir del costo de los últimos productos comprados, por lo que se utiliza principalmente para productos perecederos o de rápida obsolescencia.
Por otro lado, el método FIFO (Primero en entrar, primero en salir) es uno de los más importantes en la gestión de inventarios, ya que permite valorar los productos a partir del costo de los primeros productos comprados. Este método es especialmente útil para productos que no tienen fecha de caducidad o que tienen una vida útil prolongada. Además, el método FIFO suele ser más ventajoso que el método UEPS, ya que en periodos de inflación, el costo de los productos suele aumentar y, por lo tanto, el método FIFO permite valores más precisos.
Para implementar el método FIFO en un almacén, se deben seguir algunos pasos. Primero, se deben identificar todos los productos y materiales almacenados en el almacén, asignándoles un número o código de identificación único. Luego, se debe establecer un registro de entradas y salidas de productos, especificando la fecha de entrada y el costo de cada producto. Finalmente, se deben establecer procesos de rotación de inventario para asegurarse de que los productos más antiguos sean los primeros en salir.
Por último, es importante mencionar el criterio LIFO (Último en entrar, primero en salir), que se utiliza para valorar los productos a partir del costo de los últimos productos comprados. Este método puede ser útil para empresas que quieran reducir sus impuestos, ya que permite una reducción en el costo de los productos vendidos y, por lo tanto, una reducción en el impuesto sobre la renta. Sin embargo, este método puede no reflejar el costo real de los productos y puede generar dificultades en la gestión de inventarios y en la toma de decisiones empresariales.
PEPS (Primeras en entrar, primeras en salir) y UEPS (Últimas en entrar, primeras en salir) son métodos de valoración de inventario que se utilizan en la gestión de almacenes. PEPS se usa cuando se quiere dar prioridad a los productos más antiguos que se han adquirido, mientras que UEPS se usa cuando se quiere dar prioridad a los productos más recientes que se han adquirido. La elección del método dependerá de la estrategia de gestión de inventario de cada empresa.
El recuento de las existencias al final de cada ejercicio económico recibe el nombre de «inventario físico».
El método FIFO (First In, First Out) se realiza siguiendo el orden cronológico de entrada de los productos en el almacén. Es decir, los productos que llegan primero son los primeros en salir, y los que llegan más tarde se quedan en el almacén hasta que los productos anteriores hayan sido vendidos o utilizados. De esta manera, se garantiza que los productos más antiguos no se queden almacenados durante mucho tiempo y se evita el riesgo de caducidad o pérdida de calidad.