Los dispositivos USB son una herramienta muy útil en el día a día, ya que permiten el almacenamiento y traslado de información de manera rápida y sencilla. Sin embargo, también son propensos a sufrir daños o infecciones de virus troyanos que pueden ocasionar la pérdida de información importante.
Una de las opciones que tenemos cuando nuestro USB presenta problemas es utilizar la función «analizar y reparar» que ofrecen los sistemas operativos. Pero, ¿qué pasa realmente cuando utilizamos esta función?
Lo primero que debemos saber es que al analizar y reparar un USB, el sistema operativo realiza un escaneo en busca de errores o sectores dañados. Si encuentra alguno, intentará repararlo para recuperar la información. Sin embargo, esta opción no siempre es efectiva, ya que algunos daños pueden ser irreparables.
En el caso de los virus troyanos que ocultan archivos en el USB, la función «analizar y reparar» no siempre es suficiente para recuperar los archivos ocultos. En estos casos, es recomendable utilizar un programa antivirus para eliminar el virus y recuperar los archivos.
Otra cuestión importante relacionada con los dispositivos USB es el sistema de archivos que utilizan. Los más comunes son el FAT y el NTFS. ¿Cuál es mejor para un USB? Depende del uso que se le vaya a dar.
El sistema FAT es más sencillo y compatible con la mayoría de dispositivos, pero tiene limitaciones en cuanto al tamaño máximo de los archivos y la cantidad de información que puede almacenar. Por otro lado, el sistema NTFS es más complejo y permite almacenar archivos de mayor tamaño y cantidad, pero no es compatible con todos los dispositivos.
En general, se recomienda utilizar NTFS en dispositivos USB de gran capacidad y que se utilicen para almacenar archivos de gran tamaño, como videos o imágenes de alta resolución. En cambio, para dispositivos con menor capacidad y que se utilicen para trasladar documentos o archivos pequeños, el sistema FAT es más adecuado.
En conclusión, al analizar y reparar un USB se pueden solucionar algunos problemas, pero no siempre es efectivo. En caso de virus troyanos, es recomendable utilizar un programa antivirus. Además, el sistema de archivos adecuado dependerá del uso que se le vaya a dar al dispositivo. El NTFS es más adecuado para archivos grandes, mientras que el FAT es más sencillo y compatible con más dispositivos.
El formato más común para una USB es FAT32. Sin embargo, también puede ser formateada en otros formatos como exFAT o NTFS dependiendo del sistema operativo que se utilice.
En general, exFAT es mejor que FAT32 ya que admite archivos más grandes y no tiene las limitaciones de tamaño de archivo y tamaño de unidad que tiene FAT32. Sin embargo, si necesita utilizar su USB en dispositivos más antiguos que solo admiten FAT32, entonces tendrá que formatear su USB en FAT32.
Para convertir un USB exFAT a FAT32, es necesario formatear el USB y seleccionar el sistema de archivos FAT32 en lugar de exFAT. Es importante tener en cuenta que al formatear el USB se eliminarán todos los archivos guardados en él, por lo que es recomendable hacer una copia de seguridad de los archivos importantes antes de iniciar el proceso de formateo. También se pueden utilizar programas especializados para realizar la conversión sin perder los archivos almacenados en el USB, pero es importante investigar y elegir un programa confiable para realizar esta tarea.