Un procesador sin gráficos integrados es aquel que no tiene una unidad de procesamiento de gráficos incorporada en la CPU. Esto significa que si se utiliza un procesador sin gráficos integrados, se necesitará una tarjeta de video adicional para poder ver imágenes o videos en un monitor.
Si se utiliza un procesador sin gráficos integrados y no se tiene una tarjeta de video adicional, no es posible ver imágenes o videos en un monitor. Sin embargo, la mayoría de las placas base modernas tienen una tarjeta de video incorporada que puede usarse en lugar de una tarjeta de video separada.
Algunos de los procesadores Intel que no tienen gráficos integrados son el Intel Xeon E3-1200 v5 y v6, el Intel Core i5-9400F y el Intel Core i9-9900KF.
Un procesador con gráficos integrados es aquel que tiene una unidad de procesamiento de gráficos incorporada en la CPU. Esto significa que no se necesita una tarjeta de video adicional para poder ver imágenes o videos en un monitor.
Algunos de los procesadores con gráficos integrados más populares son el Intel Core i5-10600K, el Intel Core i7-10700K y el AMD Ryzen 5 5600X.
Para saber si tu procesador tiene gráficos integrados, puedes buscar el modelo del procesador en la página web del fabricante y verificar las especificaciones. También puedes utilizar programas como CPU-Z para obtener información detallada sobre el procesador y si tiene una unidad de procesamiento de gráficos incorporada.
Los gráficos integrados se encuentran dentro de la unidad de procesamiento central (CPU) del ordenador.
Si prendes tu PC sin gráfica, lo más probable es que no puedas ver nada en tu monitor ya que la tarjeta gráfica es responsable de mostrar las imágenes en la pantalla. En este caso, necesitarás una tarjeta gráfica externa o un procesador que tenga gráficos integrados para poder visualizar el contenido en tu pantalla.
Depende del uso que se le vaya a dar al equipo. Para tareas básicas como navegación web, edición de documentos y reproducción de contenido multimedia, los gráficos integrados suelen ser suficientes y más económicos. Pero si se va a utilizar el equipo para tareas más exigentes como juegos o edición de video, una tarjeta de vídeo dedicada ofrecerá un mejor rendimiento y experiencia visual. Sin embargo, las tarjetas de vídeo dedicadas suelen ser más costosas.