La corriente continua (CC) es una corriente eléctrica que fluye en una dirección constante, a diferencia de la corriente alterna (CA), que cambia de dirección periódicamente. La CC se produce utilizando una fuente de energía constante, como una batería o un generador de CC. La producción de corriente continua se logra gracias a la presencia de un componente clave: el diodo.
El diodo es un componente electrónico que permite que la corriente fluya en una sola dirección. Cuando se aplica una corriente eléctrica a un diodo, los electrones fluyen desde el ánodo (el extremo positivo) hasta el cátodo (el extremo negativo). Si se invierte la polaridad, los electrones no pueden fluir y se bloquea la corriente. Esto es lo que permite que el diodo convierta la corriente alterna en corriente continua.
La corriente continua tiene muchas aplicaciones en la electrónica moderna. Se utiliza en sistemas de alimentación de energía de computadoras, dispositivos electrónicos portátiles, sistemas de iluminación LED, electrodomésticos, motores eléctricos, entre otros. En general, todos los dispositivos que necesitan una fuente de energía constante utilizan la CC.
La fuente de energía de un ordenador es una unidad de alimentación eléctrica (PSU, por sus siglas en inglés) que convierte la corriente alterna en corriente continua. La PSU consta de varios componentes electrónicos, como transformadores, capacitores, inductores y reguladores de voltaje. Todos estos componentes trabajan juntos para convertir la corriente alterna en una fuente de energía constante que se utiliza para alimentar los componentes del ordenador.
La fuente de poder se clasifica en dos tipos: las fuentes de poder lineales y las fuentes de poder conmutadas. Las fuentes de poder lineales son más simples y menos costosas, pero tienen una eficiencia energética menor que las fuentes de poder conmutadas. Las fuentes de poder conmutadas son más complejas y costosas, pero son más eficientes y pueden proporcionar más energía a los dispositivos electrónicos.
Los componentes de una computadora incluyen la unidad central de procesamiento (CPU), la memoria RAM, el disco duro, la tarjeta madre, la tarjeta gráfica, el teclado y el mouse. Cada uno de estos componentes tiene una función específica en el funcionamiento de la computadora. La CPU es el «cerebro» de la computadora, procesando la información y realizando cálculos. La memoria RAM almacena temporalmente los datos que la CPU necesita para procesar. El disco duro almacena los datos a largo plazo. La tarjeta madre conecta todos los componentes juntos, y la tarjeta gráfica procesa las imágenes y la información visual. El teclado y el mouse permiten que el usuario interactúe con la computadora. En conjunto, estos componentes trabajan juntos para hacer funcionar la computadora.
Los componentes de una computadora se clasifican en dos categorías principales: hardware y software. El hardware se refiere a los componentes físicos y tangibles de la computadora, como la placa madre, la CPU, la memoria RAM, el disco duro, la tarjeta de video, el monitor, el teclado, el mouse, entre otros. El software, por otro lado, se refiere a los programas y aplicaciones que se ejecutan en la computadora, como el sistema operativo, los programas de procesamiento de texto, navegadores web, juegos, entre otros.
La principal diferencia entre un inversor lineal y uno conmutado es que el inversor lineal utiliza componentes electrónicos que funcionan continuamente para producir una salida de corriente alterna (AC) de alta calidad y baja interferencia, mientras que el inversor conmutado utiliza componentes que se encienden y apagan rápidamente para producir una salida de AC más eficiente en términos de energía, pero con mayor interferencia.
Una fuente conmutada es un tipo de fuente de alimentación electrónica que utiliza tecnología de conmutación para convertir la corriente alterna en corriente continua mediante el uso de dispositivos semiconductores de conmutación, como los transistores. Estas fuentes son más eficientes que las fuentes de alimentación lineales y se utilizan en una amplia variedad de aplicaciones, como en la electrónica de consumo, sistemas de telecomunicaciones, equipos médicos y en la industria.