El pleonasmo es una figura literaria que consiste en la repetición innecesaria de una palabra o frase que ya está implícita en el significado de otra palabra. En otras palabras, se trata de una redundancia que no aporta nada nuevo al mensaje que se quiere transmitir. El pleonasmo es muy común en el habla cotidiana y en el lenguaje coloquial, aunque también se utiliza en la literatura y en la publicidad para enfatizar ciertos aspectos del mensaje.
Algunos ejemplos de pleonasmo son: «subir arriba», «entrar adentro», «salir afuera», «bajar abajo», «mirar con los ojos», entre otros. Estas expresiones son redundantes porque la palabra que se repite ya está implícita en el significado de la otra palabra. Por ejemplo, si se dice «subir arriba», la palabra «arriba» ya está implícita en el verbo «subir», por lo que no es necesario repetirla.
Otra figura literaria muy común es la metáfora, que consiste en la comparación de dos elementos que tienen alguna similitud, pero que no son lo mismo. La metáfora se utiliza para darle un sentido más profundo y poético al lenguaje, y para transmitir una idea o sentimiento de manera más impactante. Algunos ejemplos de metáforas son: «el mar es un espejo», «el cielo llora lágrimas de plata», «la vida es un camino lleno de obstáculos».
Por otro lado, la personificación es una figura literaria que consiste en atribuir características humanas a un objeto o animal. La personificación se utiliza para darle vida y personalidad a un objeto inanimado, y para transmitir una idea o sentimiento de manera más emotiva. Por ejemplo, se puede personificar al viento como un ser humano que susurra al oído, o al sol como un padre que ilumina a sus hijos.
El oxímoron es una figura literaria que consiste en la unión de dos términos que tienen significados opuestos o contradictorios. El oxímoron se utiliza para generar una tensión poética entre dos ideas que aparentemente no pueden coexistir. Algunos ejemplos de oxímoron son: «silencio atronador», «oscura claridad», «amargo dulzor», «fuego helado», entre otros.
Las preguntas redundantes son aquellas que contienen información innecesaria o que ya está implícita en la pregunta misma. Por ejemplo, si se pregunta «¿estás listo para salir?», la palabra «salir» ya está implícita en la pregunta, por lo que no es necesario repetirla. Otras preguntas redundantes son: «¿puedo hacerte una pregunta?», «¿estás seguro de que quieres hacer eso?», «¿me entiendes lo que te digo?».
En cuanto a la escritura de la palabra «redundante», debe escribirse con «d» y no con «t», ya que proviene del latín «redundans», que significa «que sobra». La palabra «redundante» se utiliza para referirse a algo que es excesivo o que sobra, y se utiliza tanto en el lenguaje coloquial como en el lenguaje técnico o académico.
Para hablar sin redundancia es importante evitar el uso de pleonasmos, que son palabras o expresiones innecesarias que se repiten o añaden información redundante. Algunos ejemplos comunes de pleonasmos en español son «subir arriba», «bajar abajo», «entrar adentro», «salir afuera», entre otros. Para evitarlos, es importante revisar cuidadosamente el lenguaje que utilizamos al hablar o escribir y tratar de expresarnos de manera clara y concisa, sin agregar información que resulte redundante o innecesaria.
Un sistema redundante o N+1 es un sistema que cuenta con componentes adicionales de respaldo para asegurar que, en caso de fallo de uno de los componentes principales, el sistema pueda seguir operando sin interrupciones o pérdidas de datos. Por lo tanto, el sistema cuenta con un componente adicional más de lo necesario para su operación normal (de ahí el término N+1).
La seguridad redundante es un sistema de seguridad que utiliza múltiples capas de protección para asegurar que un sistema o dispositivo esté protegido en caso de que una capa falle. Es decir, se utilizan medidas de seguridad adicionales para garantizar que la información o dispositivo estén protegidos y no se pierdan o dañen en caso de una falla o error en una de las capas de seguridad principales.