La resolución de problemas es una habilidad fundamental en el desarrollo cognitivo de los seres humanos. Para el destacado psicólogo suizo Jean Piaget, esta habilidad es esencial en la construcción del conocimiento y, por ende, en el desarrollo intelectual de los individuos.
Según Piaget, la resolución de problemas implica un proceso de adaptación y ajuste continuo del sujeto a su entorno, a través de la aplicación de sus esquemas mentales o estructuras cognitivas. Es decir, el sujeto debe ser capaz de identificar el problema, analizarlo, buscar soluciones y aplicarlas, todo ello mediante un proceso interactivo con su entorno.
La resolución de problemas articulados, por su parte, es la capacidad de integrar diferentes esquemas mentales o estructuras cognitivas para solucionar un problema complejo. Este tipo de resolución de problemas implica la combinación de diferentes habilidades cognitivas, como la atención, la memoria y el pensamiento abstracto.
Para resolver un problema, Piaget propone cinco pasos fundamentales: la identificación del problema, la formulación de hipótesis, la experimentación, la evaluación y la revisión. Estos pasos permiten al sujeto abordar el problema de manera sistemática, analizando las diferentes posibilidades y verificando la validez de sus soluciones.
La resolución de problemas en equipo o material, por su parte, implica la capacidad de trabajar en grupo para solucionar un problema determinado. Esto implica la cooperación, el diálogo y la interacción entre los miembros del grupo, así como la capacidad de integrar diferentes perspectivas y habilidades para llegar a una solución conjunta.
En el ámbito de la física, la resolución en una balanza se refiere a la capacidad de medir con precisión la masa de un objeto. La resolución de una balanza se expresa en términos de la mínima cantidad de peso que se puede medir con ella. Asimismo, la resolución en un manómetro se refiere a la capacidad de medir la presión de un fluido con precisión, expresada en términos de la mínima variación de presión que se puede medir con el instrumento.
En definitiva, la resolución de problemas es una habilidad fundamental en el desarrollo cognitivo de los seres humanos, que implica la capacidad de adaptarse y ajustarse continuamente a su entorno. Para Piaget, esta habilidad es esencial en la construcción del conocimiento y en el desarrollo intelectual de los individuos.
En el contexto del artículo «La resolución de problemas según Piaget: una mirada al desarrollo cognitivo», no se habla de alguien que dicte las resoluciones. En cambio, el artículo se enfoca en cómo los niños desarrollan su capacidad para resolver problemas a medida que crecen y cómo esto se relaciona con su desarrollo cognitivo según la teoría de Jean Piaget.
Para hacer una resolución es necesario seguir un proceso en el que se identifica y analiza el problema, se generan soluciones posibles, se evalúan las consecuencias de cada una de ellas y se elige la mejor opción para solucionar el problema. Según Piaget, este proceso requiere de un desarrollo cognitivo adecuado para poder llevarlo a cabo de manera efectiva.
La resolución de problemas según Piaget consta de tres partes principales: la comprensión del problema, la planificación de una estrategia para resolverlo y la ejecución de esa estrategia para llegar a una solución.