Las microcomputadoras, también conocidas como computadoras personales, nacieron en la década de 1970. A pesar de que no fueron las primeras computadoras, sí fueron las primeras en estar al alcance del público en general. Gracias a su tamaño reducido y a su precio asequible, las microcomputadoras revolucionaron el mundo de la informática y cambiaron la forma en que las personas interactúan con la tecnología.
Las primeras microcomputadoras fueron creadas por empresas como Apple, Commodore y Tandy. El Apple II, lanzado en 1977, fue uno de los primeros modelos en alcanzar un gran éxito comercial. Este ordenador contaba con un procesador de 1 MHz, 4 KB de memoria RAM y una unidad de almacenamiento en disco. Otras microcomputadoras populares de la época fueron el Commodore PET y el Tandy TRS-80.
La cuarta generación de computadoras, que tuvo lugar a partir de la década de 1980, trajo consigo una gran mejora en el rendimiento y las capacidades de las microcomputadoras. Los dos primeros procesadores de esta generación fueron el Motorola 68000 y el Intel 80386. Estos procesadores permitieron el uso de sistemas operativos más avanzados y la ejecución de programas más complejos.
Las minicomputadoras, por otro lado, son computadoras de mayor tamaño y capacidad que las microcomputadoras, pero más pequeñas que las mainframes. Estas computadoras surgieron en la década de 1960 y se popularizaron en la década de 1970. Aunque han perdido popularidad con la aparición de las microcomputadoras, siguen siendo utilizadas en algunas empresas y organizaciones gubernamentales. Las características de las minicomputadoras incluyen su capacidad de procesamiento y almacenamiento, su capacidad para manejar múltiples usuarios y su alta disponibilidad.
Existen varios tipos de computadoras, cada uno con sus propias características y capacidades. Además de las microcomputadoras y las minicomputadoras, otros tipos de computadoras incluyen las mainframes, las supercomputadoras, las computadoras portátiles, las tabletas y los teléfonos inteligentes. Las mainframes son computadoras de gran tamaño utilizadas por grandes empresas e instituciones gubernamentales. Las supercomputadoras son las más potentes y se utilizan para tareas que requieren una gran cantidad de procesamiento, como la investigación científica o el análisis de datos.
Las minicomputadoras también son conocidas como midrange computers. Además de los tipos mencionados, también existen las computadoras de escritorio, las workstation, las smart TV, los sistemas embebidos, los servidores, los clusters, entre otras. En total, se pueden identificar 10 tipos de computadoras diferentes, cada una con sus propias características y aplicaciones específicas.
Los dispositivos de salida son aquellos que permiten obtener información del ordenador y mostrarla al usuario. Algunos ejemplos de dispositivos de salida son la pantalla, la impresora, los altavoces y los auriculares.
Una estación de trabajo es un tipo de computadora de alto rendimiento diseñada para realizar tareas complejas y demandantes en el ámbito profesional, como diseño gráfico, edición de video, animación 3D y análisis de datos. Sus características principales incluyen un procesador potente, gran cantidad de memoria RAM, tarjeta gráfica dedicada, almacenamiento de alta velocidad, capacidad de multitarea y conectividad avanzada. También suelen contar con sistemas de enfriamiento eficientes y un diseño robusto para un uso continuo y prolongado.
La primera generación de microcomputadoras surgió gracias a los avances en la tecnología de los circuitos integrados y la miniaturización de los componentes electrónicos, lo que permitió la creación de computadoras más pequeñas y económicas que las grandes máquinas de la época. Además, el desarrollo de lenguajes de programación y sistemas operativos facilitó su uso y popularidad entre los usuarios.