Los algoritmos de planificación de procesos son esenciales para el buen funcionamiento de un sistema operativo, ya que permiten gestionar los recursos del sistema y asignarlos de manera eficiente a los distintos procesos que se ejecutan en él. Estos algoritmos son los encargados de decidir qué proceso debe ejecutarse en cada momento, en función de una serie de criterios que determinan la prioridad de cada uno de ellos.
Los criterios de planificación son una serie de factores que se tienen en cuenta a la hora de decidir qué proceso debe ejecutarse en cada momento. Estos criterios pueden ser de diferentes tipos, como por ejemplo la prioridad del proceso, el tiempo de espera, la duración del proceso, etc. En función de estos criterios, el algoritmo de planificación decidirá qué proceso debe ejecutarse en cada momento.
Un sistema operativo puede tener varios planificadores, cada uno de ellos encargado de gestionar un determinado nivel de planificación. En general, los sistemas operativos tienen tres niveles de planificación: la planificación a largo plazo, la planificación a medio plazo y la planificación a corto plazo. Cada uno de estos niveles de planificación tiene sus propias características y objetivos, y cada uno de ellos es gestionado por un planificador distinto.
Un proceso es un programa en ejecución en un sistema operativo. Cada proceso tiene su propio espacio de memoria, su propio estado y sus propias necesidades de recursos. Algunos ejemplos de procesos son un procesador de texto, un reproductor de música, un navegador web, etc. Cada uno de estos programas es un proceso distinto, que se ejecuta de manera independiente en el sistema operativo.
Un sistema es un conjunto de elementos que interactúan entre sí para cumplir un determinado objetivo. En el caso de un sistema operativo, este objetivo es proporcionar una interfaz entre el usuario y el hardware del sistema. El sistema operativo es el encargado de gestionar los recursos del sistema (como la memoria, el procesador, el disco duro, etc.) y de asignarlos de manera eficiente a los distintos procesos que se ejecutan en él.
En resumen, los algoritmos de planificación de procesos son esenciales para el buen funcionamiento de un sistema operativo, ya que permiten gestionar los recursos del sistema y asignarlos de manera eficiente a los distintos procesos que se ejecutan en él. Estos algoritmos se basan en una serie de criterios de planificación, que determinan la prioridad de cada proceso. Un sistema operativo puede tener varios planificadores, cada uno de ellos encargado de gestionar un determinado nivel de planificación. Los procesos son los programas en ejecución en un sistema operativo, y cada uno de ellos tiene sus propias necesidades de recursos. El sistema operativo es el encargado de gestionar los recursos del sistema y de asignarlos de manera eficiente a los distintos procesos que se ejecutan en él.
Los tres estados de un proceso son: listo, en ejecución y bloqueado.
Los 5 estados de un proceso son:
1. Nuevo: el proceso ha sido creado pero aún no se ha iniciado.
2. Listo: el proceso está preparado para ser ejecutado, pero aún no se le ha asignado un tiempo de CPU.
3. En ejecución: el proceso está actualmente siendo ejecutado por la CPU.
4. Bloqueado: el proceso está temporalmente detenido debido a una espera por alguna operación de entrada/salida u otra razón.
5. Terminado: el proceso ha finalizado su ejecución.
Un estado resumen es una representación de la información sobre los procesos en un sistema operativo en un momento determinado. Contiene información como el ID del proceso, el estado actual del proceso, el tiempo de CPU utilizado por el proceso y los recursos asignados al proceso. El estado resumen es útil para los algoritmos de planificación de procesos, ya que les permite tomar decisiones informadas sobre qué proceso ejecutar a continuación.