Un disquete es un medio de almacenamiento de datos que se utilizó comúnmente en la década de 1980 y 1990. Se trata de un disco magnético recubierto de plástico que, gracias a su portabilidad, se convirtió en uno de los formatos más populares para guardar y transferir información en la era pre-internet. Aunque en la actualidad se considera obsoleto, el disquete tuvo un papel fundamental en el desarrollo de la informática y la tecnología de la información.
La disquetera es el dispositivo que permite leer y escribir en los disquetes. Se conecta al ordenador a través de un puerto específico y, mediante un sistema de lectura magnética, es capaz de acceder a la información almacenada en el disco. La función de la disquetera, por tanto, es la de permitir la lectura y escritura de datos en disquetes.
En cuanto a la pronunciación, la palabra disquete se dice tal y como se escribe, y se acentúa en la primera sílaba: dis-que-te. Es importante destacar que, aunque en algunos países de habla hispana se utilizan otros términos como «diskette» o «floppy disk», en español se prefiere la expresión disquete.
Existen varios tipos de disquetes, aunque los más comunes son los de 5,25″ y los de 3,5″. Los primeros fueron los primeros en aparecer, y se caracterizan por su mayor tamaño y menor capacidad de almacenamiento. Los segundos, por su parte, son más pequeños y tienen una capacidad de almacenamiento superior. También existen otros formatos de disquete, como los de 8″, los de 3″, o los SuperDisk, aunque su uso fue mucho más limitado.
El disquete fue inventado por IBM en 1971, aunque no fue hasta 1976 cuando se lanzó al mercado. En sus primeros años, el disquete se utilizó principalmente como medio de distribución de software y como sistema de copia de seguridad. Con el tiempo, sin embargo, su popularidad se extendió a otros ámbitos, como la música, el cine o la fotografía.
Por último, cabe destacar que la información en un disquete se organiza en pistas y sectores. Las pistas son círculos concéntricos que recorren la superficie del disco, mientras que los sectores son divisiones dentro de cada pista que se utilizan para almacenar los datos. El número de pistas y sectores varía en función del tipo de disquete y de su capacidad de almacenamiento.
Aunque en la actualidad los disquetes se han vuelto obsoletos, en su momento tuvieron algunas ventajas como su portabilidad, ya que eran pequeños y fáciles de transportar; su capacidad de almacenamiento, que en su momento era bastante alta en comparación con otros dispositivos; y su facilidad de uso, ya que se podían leer y escribir datos de manera sencilla sin necesidad de programas complicados. Sin embargo, estas ventajas fueron superadas por otros dispositivos de almacenamiento como las memorias USB o los discos duros externos.
La capacidad de los disquetes varía dependiendo del tipo y el tamaño. Los disquetes más comunes, de 3.5 pulgadas, tienen una capacidad de almacenamiento de 1.44 megabytes (MB). Sin embargo, también existen disquetes de 5.25 pulgadas con capacidades de 160 kilobytes (KB) y 1.2 MB.
El disquete dejó de ser ampliamente utilizado alrededor de la década de 2000, cuando las unidades flash USB y otros medios de almacenamiento digital comenzaron a ser más populares y convenientes. Sin embargo, aún se pueden encontrar algunos dispositivos, sistemas operativos y programas de software que utilizan disquetes.