- Instalar el sistema y las aplicaciones en la SSD.
- Habilitar la función TRIM.
- Almacenar los archivos de datos en la unidad de disco duro.
- Desfragmentar sólo la unidad de disco duro.
- No haga copias de seguridad en la unidad interna.
- En conclusión.
En la actualidad, los discos duros sólidos (SSD) son una excelente opción para mejorar el rendimiento de nuestro equipo, ya sea de escritorio o portátil. Sin embargo, muchos usuarios se preguntan si es posible tener un SSD y un HDD (disco duro convencional) a la vez. La respuesta es sí. En este artículo, te explicaremos cómo hacerlo.
Lo primero que debes hacer es verificar si tu equipo tiene una ranura disponible para instalar un segundo disco duro. Si no la tiene, puedes optar por reemplazar el disco duro convencional por un SSD de mayor capacidad. En caso de que tengas una ranura disponible, simplemente necesitarás comprar un disco duro adicional y seguir los siguientes pasos:
1. Apaga el equipo y desconecta todos los cables.
2. Retira la tapa del gabinete o la carcasa del portátil.
3. Busca la ranura disponible e inserta el disco duro adicional.
4. Conecta los cables SATA y de alimentación al nuevo disco duro.
5. Enciende el equipo y verifica que el nuevo disco duro es reconocido por el sistema operativo.
Una vez que hayas instalado el nuevo disco duro, podrás utilizarlo para almacenar archivos y programas que no requieran un acceso rápido, mientras que el SSD se encargará de almacenar el sistema operativo y los programas que necesiten una mayor velocidad de acceso.
Si sacas el disco duro de tu PC, no podrás acceder a los archivos y programas que se encontraban almacenados en él. Si necesitas recuperar dichos archivos, puedes utilizar un software de recuperación de datos o llevar el disco duro a un especialista en recuperación de datos.
Para ver el disco duro en una laptop, debes seguir los siguientes pasos:
1. Haz clic en el menú de inicio y selecciona «Panel de control».
2. Selecciona «Sistema y seguridad».
3. Haz clic en «Herramientas administrativas».
4. Selecciona «Administración de equipos».
5. En la ventana que se abre, haz clic en «Administración de discos».
6. En la parte inferior de la ventana, podrás ver los discos duros disponibles en tu laptop.
Si tu disco duro presenta alguno de los siguientes síntomas, es posible que esté dañado:
1. El equipo se congela o se cuelga con frecuencia.
2. El sistema operativo tarda en cargar o no carga en absoluto.
3. Hay archivos o programas que no se pueden abrir o que no funcionan correctamente.
4. El disco duro emite ruidos extraños o inusuales.
¿Qué pasa si cambio el disco duro de mi portátil?
Si cambias el disco duro de tu portátil, perderás todos los archivos y programas que se encontraban almacenados en él. Por lo tanto, es importante que realices una copia de seguridad de tus archivos antes de realizar el cambio. Además, es posible que necesites reinstalar el sistema operativo y los programas que utilizabas anteriormente.
Un disco duro IDE ATA (Integrated Drive Electronics Advanced Technology Attachment) es un tipo de disco duro que utiliza una conexión de 40 pines para conectarse a la placa base del equipo. Por otro lado, un disco duro PATA (Parallel Advanced Technology Attachment) es un tipo de disco duro que utiliza una conexión de 80 pines para conectarse a la placa base del equipo. Ambos tipos de discos duros son considerados obsoletos y han sido reemplazados por los discos duros SATA.
La duración de un disco duro SSD depende de varios factores, como la calidad de la marca, la cantidad de escrituras y lecturas que se hagan en el disco, y el uso que se le dé. En general, un disco duro SSD puede durar entre 5 y 10 años, pero algunos modelos de alta calidad pueden durar incluso más tiempo. Es importante tener en cuenta que, a diferencia de los discos duros convencionales, los discos duros SSD no tienen partes móviles, lo que significa que tienen una mayor resistencia a los golpes y vibraciones, lo que puede prolongar su vida útil.
La vida útil de un SSD depende de varios factores, como la calidad del fabricante, la capacidad de almacenamiento y la cantidad de uso diario. En general, se espera que un SSD tenga una vida útil de al menos 5 años con un uso moderado. Sin embargo, con un uso más intenso, la vida útil puede ser menor. También es importante tener en cuenta que los SSD tienen un número limitado de ciclos de escritura y borrado, por lo que su vida útil se reduce cada vez que se realizan estas operaciones.