La protección contra escritura es una medida de seguridad que se aplica en algunos dispositivos de almacenamiento como discos duros externos, memorias USB y tarjetas SD. Esta función impide que los archivos almacenados sean eliminados o modificados accidentalmente o por un virus informático. Sin embargo, a veces es necesario quitar la protección contra escritura para poder realizar ciertas operaciones. A continuación, explicaremos cómo hacerlo y otros temas relacionados.
En primer lugar, es importante comprobar si el dispositivo tiene un interruptor físico de protección contra escritura. Si es así, basta con mover el interruptor a la posición opuesta para desbloquear el dispositivo. Si no hay interruptor o este no funciona, se puede intentar desbloquear el dispositivo a través del sistema operativo.
Para ello, se debe abrir el explorador de archivos y buscar el dispositivo en cuestión. Luego se hace clic derecho sobre el icono del dispositivo y se selecciona Propiedades. En la ventana que se abre, se elige la pestaña Seguridad y se busca la opción Escribir protegido. Si esta opción está activada, se desmarca y se presiona Aceptar.
En algunos casos, el dispositivo puede seguir protegido contra escritura incluso después de seguir estos pasos. En ese caso, se puede intentar formatear el dispositivo. Sin embargo, es importante tener en cuenta que formatear borrará todos los datos almacenados en el dispositivo.
FAT (File Allocation Table) y NTFS (New Technology File System) son dos sistemas de archivos utilizados por Windows para organizar y administrar los archivos en un disco duro. La principal diferencia entre ambos es la forma en que manejan el espacio libre del disco y la seguridad de los archivos.
FAT es más simple y compatible con una amplia variedad de dispositivos y sistemas operativos. Sin embargo, no es tan seguro como NTFS y no puede manejar archivos grandes. NTFS, por su parte, es más seguro y puede manejar archivos grandes, pero no es compatible con algunos dispositivos y sistemas operativos antiguos.
FAT32 es la versión más reciente del sistema de archivos FAT. Fue creado para solucionar algunos de los problemas de su predecesor, como la limitación en el tamaño de los archivos. FAT32 puede manejar archivos de hasta 4 gigabytes y discos duros de hasta 2 terabytes. Además, es compatible con una amplia variedad de dispositivos y sistemas operativos.
El mejor formato para una USB depende del uso que se le vaya a dar. Si se va a utilizar en una computadora con Windows, lo más conveniente es utilizar NTFS o FAT32. Si se va a utilizar en una Mac, lo más conveniente es utilizar HFS+ o exFAT. Si se va a utilizar en varios sistemas operativos, lo más conveniente es utilizar exFAT.
El formato RAW es un estado en el que se encuentra una memoria cuando el sistema operativo no reconoce su sistema de archivos. Para quitar el formato RAW de una micro SD, se puede utilizar una herramienta de recuperación de datos como EaseUS Data Recovery Wizard o Recuva. Estas herramientas permiten recuperar los datos almacenados en la memoria y luego formatearla para volver a utilizarla.
Para formatear una memoria con formato RAW, se puede utilizar la herramienta de Administración de discos de Windows. Para ello, se debe hacer clic derecho sobre el icono de Inicio y seleccionar Administración de discos. Luego se busca la memoria en cuestión, se hace clic derecho sobre ella y se selecciona Formatear. Se elige el sistema de archivos deseado y se presiona Aceptar. Es importante tener en cuenta que formatear borrará todos los datos almacenados en la memoria.
El formato RAW en USB es un formato de archivo sin procesar que se utiliza para almacenar datos en dispositivos USB. Este formato no tiene una estructura de archivo definida y no está formateado para un sistema de archivos específico, lo que significa que no es legible por la mayoría de los sistemas operativos. Por lo tanto, los datos almacenados en un dispositivo USB en formato RAW pueden ser inaccesibles hasta que se formatee en un sistema de archivos compatible.