Una clave de licencia es un código de números o letras que se solicita durante la instalación o cuando se inicia el software por primera vez para poder desbloquearlo.
Las claves de licencia aparecieron por primera vez con la distribución y venta de sistemas operativos y programas en CD-ROM, por ejemplo con Windows 95 y Microsoft Office. Suelen aparecer en el embalaje, en la factura o se envían por correo electrónico en el caso de las compras en línea. Por defecto, el código se introduce durante la instalación. Mientras tanto, también existe la posibilidad de utilizar un programa sin clave de licencia para una fase de prueba o demostración; la compra sólo se debe realizar cuando se activa la versión completa.
Términos sinónimos para el código de la clave de licencia son clave de CD, clave de producto, código de clave o clave de producto. Consiste en una serie relativamente larga de caracteres alfanuméricos divididos en bloques, similares a los de una tarjeta de crédito o un router. El código pretende evitar que el software se utilice de forma ilegal, es decir, sin licencia. Una clave de licencia no es lo mismo que un número de serie de software. Esta puede recuperarse en el programa después de la instalación, mientras que la clave del producto sólo puede leerse en el paquete, en el prospecto del producto o en el correo electrónico de confirmación.
Seguridad de las claves de licencia
El software comprueba la autenticidad de la clave de licencia con diferentes procedimientos durante la instalación. Sin embargo, esto limita el número de posibilidades de claves y está por debajo del número total posible mediante permutaciones. Por ello, se pueden descifrar las claves de los productos y programar generadores de claves (abreviados como keygen) a partir de las regularidades matemáticas de los procedimientos. Éstas, a su vez, pueden utilizarse para definir otras claves que posibiliten nuevas instalaciones ilegales. De este modo, la protección que se supone que proporciona el código puede verse mermada.
Para evitarlo, muchos fabricantes han comenzado a comprobar la clave mediante la activación online o características específicas del hardware. En caso de uso indebido, esto puede impedir el uso del programa.
En los ordenadores recién adquiridos con Windows 10, ya no es necesario introducir una clave de licencia. El sistema operativo reconoce o genera el código con la ayuda de la configuración del hardware y lo guarda en los servidores de Microsoft. Otra opción es vincularla a una cuenta existente con el fabricante del software, lo que hace innecesaria la activación.
El mercado ofrece programas que pueden utilizarse posteriormente para leer la clave de licencia del registro si se va a realizar una nueva instalación.