Una hamburguesa 100% artificial podría salvar al planeta de los gases de efecto invernadero. La carne fabricada en laboratorio es una realidad: algún día será la única carne que comamos.
La premisa es que, de momento, no parece tan apetecible como la carne "de verdad". No son muchos los que la han probado, pero los que han tenido la oportunidad de masticar un bocado de hamburguesa 100% artificial la han descrito como "no desagradable" o "sabrosa, pero diferente". La carne cultivada en laboratorio no recibe las mismas críticas que las hamburguesas de fassona, pero hay otras razones para comerla. Tienen que ver, en primer lugar, con el enorme despilfarro de recursos y las consecuencias para el cambio climático de la cría de animales. Así que tengamos en cuenta ambos aspectos: ¿en qué situación nos encontramos con la carne fabricada en laboratorio?
Qué es la carne cultivada en laboratorio y para qué se utiliza
Claramente, se llama carne cultivada en células, porque es a partir de células madre cultivadas en laboratorio que los científicos obtienen el músculo, la grasa y los tejidos conectivos que comemos: una vez suficientemente cultivadas, las células madre se convierten en células musculares o en células grasas.
Los beneficios para los propios animales, que dejarían de ser sacrificados para alimentar a los humanos si se perfeccionara este nuevo canal de suministro de hamburguesas y quizás de costillas, salchichas, etc., son claros. El otro punto tiene que ver con el cambio climático: la agricultura y la ganadería son responsables del 19% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Las flatulencias y eructos del ganado y otros rumiantes (ovejas, cabras, caballos, camellos, ciervos) contienen metano, que provoca 28 veces más calentamiento por molécula que el CO2, que provoca 265 veces más calentamiento.
A medida que crecen la población y la riqueza per cápita de la Tierra, y por tanto la capacidad de comer carne de las poblaciones que actualmente están al borde de la pobreza, el problema de las emisiones de gases de efecto invernadero del sector ganadero no hará más que agravarse. Aquí es donde entra en juego la carne de laboratorio: si se perfecciona -cosa que por el momento no ocurre- no sólo utilizaría menos recursos (tierra y agua) que el sector ganadero, sino que también supondría menos gases de efecto invernadero en la atmósfera.
Cuándo llegará la carne artificial a nuestros platos
De momento, los experimentos que implican la comercialización de la carne sintética son más bien limitados. En junio, una empresa israelí, Future Meat, anunció sus planes de introducir masivamente la carne de laboratorio en Estados Unidos para 2022. Otra empresa, Eat Just, ya comercializa nuggets de "pollo" totalmente artificiales en Singapur. Para algunos, se trata de iniciativas publicitarias que no provocarán una revolución. Nicholas Genovese, biólogo de células madre y pionero en la investigación de la carne en el laboratorio, dijo: "Varias empresas han hablado de lanzamientos iniciales limitados en, o para, 2022. Pero puede que pasen unos años más antes de que se generalice el acceso y la distribución".
Para frenar las emisiones en la agricultura, algunos han pensado en el tractor verde. Los robots y drones de los agricultores 2.0 van en la misma dirección.
Giuseppe Giordano