Películas como "Terminator" muestran un futuro apocalíptico. Pero, ¿está la inteligencia artificial (IA) preparada para cumplir los sueños -o pesadillas- de los escritores de ciencia ficción? Echa un vistazo por ti mismo.
Los robots para la industria, los humanoides y los androides están en auge. La Internet de los objetos (IoT) se está ampliando con la Internet de los objetos robóticos (IoRT). Hoy en día, los robots con forma de serpiente, por ejemplo de Eelume, se utilizan en plataformas petrolíferas y oleoductos para serpentear por las profundidades del mar para realizar trabajos de inspección, mantenimiento y reparación.
Las relaciones hombre-máquina también están sujetas a un proceso evolutivo. Zheng Jiajia simplemente no pudo encontrar la mujer adecuada para él. Su solución al problema fue simplemente casarse con uno de los robots que él mismo había creado.
Sumérgete en las nuevas posibilidades del Internet de las Cosas Robóticas (IoRT) y aprende cómo la Inteligencia Artificial (IA) impactará en nuestro futuro.
Guerras y competiciones de robots
Entre los robots más grandes están los gigantescos robots de combate por control remoto de MegaBots. Estos robots humanoides de cinco metros de altura participan en competiciones reales en estadios. Se disparan unos a otros con bolas de pintura del tamaño de balas de cañón a velocidades de hasta 200 km/h. El ganador es el último robot que llega a la meta. El ganador es el último robot que se mantiene en pie (ver galería de imágenes).
Los robots en la industria
Ya se pueden encontrar numerosos robots en la industria del automóvil, en la ingeniería eléctrica y electrónica, en la ingeniería mecánica, en la industria aeroespacial y en el envasado de alimentos. Los robots suelen trabajar más barato que los humanos "colegas". Por eso, cada vez hay más robots grandes en las empresas más pequeñas. Los robots son cada vez más hábiles y, gracias a su flexibilidad y facilidad de reprogramación, se convierten cada vez más en una inversión segura para que las pymes ganen dinero.
Por ejemplo, en una fábrica de Philips en Drachten (Países Bajos), 128 robots guiados por cámaras de vídeo realizan tareas complicadas con mucha más destreza que los trabajadores más cualificados. Un brazo robótico hace tres dobleces perfectos en dos cables de conexión y luego los enhebra en dos aberturas que apenas se ven a simple vista. En el proceso, los brazos se mueven tan rápido que hubo que construir una jaula de cristal alrededor de ellos para evitar que el personal de supervisión se lesionara.
Drones en un enjambre
Los drones son cada vez más pequeños y más baratos de producir. Por eso el futuro es de los drones enjambre. Pronto estarán zumbando a nuestro alrededor en grupos de cientos o miles, en formaciones como bandadas de pájaros. En el futuro, estos enjambres podrían, por ejemplo, inspeccionar tuberías, líneas de alta tensión y plantas industriales a bajo coste o rociar pesticidas y herbicidas en la agricultura, dosificados con precisión en los lugares requeridos.
Los robots de ADN transportan nanopartículas
El proyecto "RoboBee" del Instituto Wyss de la Universidad de Harvard se ocupa de escalas más pequeñas: desarrolló drones más pequeños que un clip. Enjambres de miles de estas RoboBees podrían utilizarse para tareas de observación e incluso, dado el número cada vez más reducido de abejas, para la polinización de flores de los cultivos.
Pero va mucho más allá de "RoboBee". Investigadores del Instituto Tecnológico de California en Pasadena han descubierto que los robots en miniatura, equipados con brazos y piernas hechos de ADN, pueden transportar objetos del tamaño de moléculas. Estos robots de ADN podrían empujar nanopartículas en los circuitos, desencadenar respuestas inmunitarias curativas, clasificar ciertas células como "residuos" para su eliminación y suministrar agentes médicos exactamente en el lugar del cuerpo donde se necesitan.
Robots humanoides y androides
Un "robot humanoide" es un robot cuyo exterior se asemeja a la forma humana, un "androide" se refiere a un robot que imita a un humano lo más fielmente posible. Según este punto de vista, los "humanoides" tienen la misma estructura física y propiedades cinéticas que un cuerpo humano, pero no están diseñados para imitar a un humano.
Ejemplos de este tipo de robots serían "Nao" del fabricante francés de robots Aldebaran Robotics (ahora SoftBank Robotics) y "Atlas" de Boston Dynamics, una empresa de Google. El sistema de control del humanoide Atlas coordina los movimientos de brazos, cuerpo y piernas. Su movilidad de cuerpo entero permite a Atlas operar en un entorno amplio sin ocupar mucho espacio.
En cambio, los androides replican a los humanos con tanta fidelidad que podrían confundirse con personas reales y vivas. Estos tipos de robots suelen estar basados en personas reales. "Eve-R" del Instituto de Tecnología Industrial de Corea (KITECH) y "Geminoid DK" son dos ejemplos de este tipo de androides.
Robots que muestran emociones
El Centro Internacional de Investigación "E.Piaggio" de la Universidad de Pisa está llevando a cabo una investigación sobre "Interacción emocional entre humanos y robots". Los robots de aspecto humano imitan los estados emocionales, la empatía y la comunicación no verbal. El grupo de investigación utiliza un androide realista llamado FACE (Facial Automation for Conveying Emotions), desarrollado en colaboración con Hanson Robotic. Este androide puede mostrar mensajes emocionales en forma de expresiones faciales. Esto permite estudiar los vínculos emocionales entre humanos y robots. FACE forma parte de un complejo HIPOP (Human Interaction Persuasive Observation Platform).
El Internet de las cosas robóticas
¿Y si combinamos el Internet de las cosas (IoT) y los robots en una nueva ecosfera, un Internet de las cosas robóticas (IoRT)? Por su parte, Telefónica ha bautizado a los robots como máquinas capaces de percibir su entorno e interactuar con él para mostrar un comportamiento inteligente. Un robot conectado a Internet dispondría de una inmensa fuente de información para ayudar a los robots a tomar decisiones e interactuar. El siguiente paso lógico es desarrollar dispositivos inteligentes para este fin que puedan conectarse en red a una inteligencia común y determinar los cursos de acción más favorables para todos los dispositivos afectados.
El concepto de incorporar equipos de robots al IoT se denomina "Internet de las cosas robóticas"' o "IoRT". ABI Research define el IoRT como: "dispositivos inteligentes capaces de monitorizar eventos, unificar datos de sensores de una amplia variedad de fuentes y utilizar la "inteligencia" local y distribuida para determinar los cursos de acción más favorables". Los fundamentos de la robótica -sensibilidad, movimiento, movilidad, manipulación, autonomía e inteligencia- están siendo llevados a un nuevo nivel por el Internet de las Cosas.
Los robotistas ya no necesitan invertir grandes cantidades de tiempo, dinero y energía en las capacidades cognitivas de los robots porque, después de todo, el Internet de las Cosas proporciona información reutilizable y abiertamente disponible a la que los robots pueden acceder para realizar sus tareas. Estos robots atados son simplemente el resultado lógico de la evolución de la robótica.
Nuevo concepto "robot-a-robot" en lugar de M2M
En la transición de un concepto "máquina-a-máquina" a un concepto "robot-a-robot", parece ser una evolución natural, ya que eventualmente esperamos que los robots realicen sus tareas de manera cada vez más efectiva, precisa y confiable. También esperamos mejores resultados de los procesos "máquina a máquina" que de los procesos convencionales de control y automatización.
IoRT en el centro de cumplimiento de Amazon
El proyecto de "entrega de paquetes" tiene un fuerte potencial de futuro, por ejemplo en DHL, "DHL entrega paquetes a la luna". La entrega de paquetes mediante drones recibe mucha atención de los medios de comunicación, pero la verdadera magia de los robots y el IoT está ocurriendo en los enormes centros de cumplimiento de Amazon: En lugar de dirigir una línea de producción interminablemente repetitiva, Amazon, al igual que otros procesadores de pedidos al por menor, sigue un modelo de negocio en el que cada pedido se trata como algo único. Estas empresas manejan miles, si no millones, de productos de todas las formas, tamaños y pesos.
Antes, los empleados de envíos tenían que recorrer los pasillos, escudriñando las estanterías de mercancías para cada producto determinado. Hoy en día, los robots se han hecho cargo de esta actividad. Los robots trasladan las bandejas de mercancías, también llamadas "vainas", con los productos hasta donde los necesitan los empleados.
Los robots son controlados por un procesador central a través de una red de comunicación WLAN segura. Con sus dos ruedas motrices, los robots pueden girar sobre la marcha. Los robots detectan los obstáculos por medio de infrarrojos y, con la ayuda de cámaras en la parte inferior, los robots leen los códigos QR aplicados al suelo. Estos códigos QR permiten a los robots reconocer su ubicación y orientación.
Robots inteligentes: hacia la inteligencia artificial
Los robots son soluciones potentes y flexibles para un abanico de aplicaciones cada vez más amplio; la pregunta es: ¿hasta qué punto son inteligentes, en el sentido humano, los robots, o podrían serlo en el futuro? Bueno, eso depende de la Inteligencia Artificial (IA), de los sistemas de control de estos robots. Como señala un artículo de Howstuffworks, "lo fundamental es que la IA replica el proceso de pensamiento humano". Esto incluye la capacidad de adquirir conocimientos sobre cualquier tema, sacar conclusiones, utilizar idiomas y formular sus propios pensamientos. De este nivel de inteligencia artificial, todos los roboticistas de este mundo están todavía a kilómetros de distancia. Las máquinas de IA de nuestros días pueden imitar algunos elementos concretos de la capacidad intelectual.
Por ejemplo, un ordenador puede resolver problemas recogiendo hechos a través de sensores o a partir de datos de entrada introducidos por humanos. A continuación, el ordenador compara esta información con los datos ya almacenados y evalúa su importancia. A continuación, el ordenador juega con diferentes escenarios y calcula de antemano qué acción promete el mayor éxito. De este modo, el ordenador sólo puede resolver los problemas para los que ha sido programado -por ejemplo, jugar al ajedrez.
Por ejemplo, un robot puede aprender reconociendo si una acción concreta, como un movimiento de piernas muy específico para evitar un obstáculo, conducirá al resultado deseado. El robot almacena esta información y vuelve a intentar exactamente esta acción la próxima vez que se produzca una situación idéntica. Sin embargo, esta capacidad tiene sus límites. A diferencia de los humanos, los robots no pueden absorber todo tipo de información arbitraria.
Algunos robots pueden mostrar un comportamiento social. Kismet, un robot del laboratorio de IA del MIT, reconoce el lenguaje corporal y el tono de voz de los humanos y responde en consecuencia. Los creadores de Kismet quieren aprender cómo interactúan los adultos y los niños utilizando sólo el tono de la conversación y los estímulos visuales. Estas interacciones subliminales podrían convertirse en la base de un sistema de aprendizaje.
Debido a que sabemos poco sobre, sí, la naturaleza de la inteligencia humana, la investigación de KI es en gran medida teórica. Los científicos se devanan los sesos para saber cómo y por qué aprendemos y pensamos, y prueban sus ideas con la ayuda de robots. El equipo del MIT se centra en los robots humanoides. Esto se basa en la opinión de que experimentar el mundo de forma humana es uno de los requisitos básicos para desarrollar una inteligencia similar a la humana. Además, esto facilita que las personas interactúen con los robots, lo que a su vez facilita potencialmente el aprendizaje de los mismos.
El auge de los robots, ¿maldición o bendición?
¿El auge de los robots y la IA acabará beneficiando a la sociedad humana y mejorando nuestra calidad de vida, o asistiremos a la miseria de la pérdida masiva de puestos de trabajo? Según la revista Engineering & Technology, publicada por el IET, esta cuestión preocupa mucho a los trabajadores, los políticos e incluso los empresarios.
Ya hay algunas alertas severas: por ejemplo, la consultora PricewaterhouseCoopers estima que el 40% de los puestos de trabajo en Estados Unidos y el 30% en el Reino Unido desaparecerán en 2030 debido a la automatización. Andy Haldane, economista jefe del Banco de Inglaterra, cree que hay hasta 15 millones de puestos de trabajo en el Reino Unido que podrían ser ocupados por robots.
Los líderes de las empresas también se están tomando muy en serio este problema, por nombrar sólo a Bill Gates y Elon Musk. Los políticos ya están pensando en frenar el avance de los robots mediante políticas económicas y fiscales. Además, hay que poner a los Estados en situación de poder utilizar para bien este desarrollo, que podría convertirse en la próxima gran revolución industrial.
Sin embargo, también hay voces optimistas. La consultora Capgemini descubrió en un estudio que el 75% de las grandes empresas que han implantado la IA han creado nuevos puestos de trabajo como resultado de la misma. Además, el mismo número de empresas experimentó un aumento del 10% en su facturación como resultado de la introducción de la IA. En una encuesta de consumidores patrocinada por el desarrollador de chips ARM, el 61% de los encuestados creía que la IA y el avance de la automatización mejorarán la existencia de la sociedad en lugar de perjudicarla.
Entrando en el mundo de la robótica
Los robots nos ofrecen, sin duda, posibilidades apasionantes, y sea como sea, los robots han llegado para quedarse. Sin embargo, ¿cómo puede un desarrollador abordar esta tecnología? Los primeros pasos en el mundo de la robótica pueden darse con la ayuda de kits como la plataforma de desarrollo mecatrónico de fácil manejo FSLBOT lanzada por NXP o el sistema de vehículo robótico autónomo de bajo coste RP6v2.
Ambos kits son adecuados para adquirir experiencia con el desarrollo, la programación y los procesadores relacionados con la mecatrónica. El RB6v2 tiene capacidades como la medición de la intensidad de la luz, la detección de colisiones y de la carga baja de la batería, la medición y el control de la velocidad de los motores mediante codificadores de alta resolución y el intercambio de datos con otros robots o dispositivos.
Aunque la velocidad, la dirección y el impacto de los avances en robótica e IA son objeto de acalorados debates, no hay duda de una cosa: los robots y la IA han llegado para quedarse. Hemos visto la riqueza, la innovación y la diversidad de las tecnologías ya presentes en la robótica actual y, con los ejemplos anteriores, los desarrolladores y entusiastas que deseen dedicarse a este mundo en desarrollo lo tendrán fácil para empezar. Tomando nota de las ideas, positivas o negativas, sobre las consecuencias derivadas de estas tecnologías, es imperativo que aportemos a este debate tantas opiniones y puntos de vista como podamos.
Por último, algunos comentaristas con inquietudes sobre el avance de los recursos basados en la IA se preocupan de que se trate de opciones que no deberíamos ejercer a cualquier precio.
Se han vuelto a añadir nuevos contenidos al IoT Hub de Farnell element14. Además de información de fondo sobre el papel del Internet de las Cosas en numerosas áreas de rápida evolución, también hay una infografía animada que ilustra cómo la empresa apoya a los desarrolladores para convertir sus ideas en realidad.
El IoT Hub es un componente central del sitio web de la empresa. Aquí, los visitantes pueden esperar encontrar interesantes artículos sobre el tema de la IO, así como estudios de casos, productos y entrevistas, y artículos especializados que destacan diversos usos posibles de las aplicaciones de la IO.
Este artículo procede de nuestro portal asociado Elektronikpraxis.
Steve Carr es el responsable global de marketing de Premier Farnell
.