Con el precio de venta al público recomendado (PVP), el fabricante da una sugerencia sobre el precio de compra al que deberían ofrecerse sus productos. Se trata de una mera sugerencia a la que el minorista no está obligado.
El nacimiento del precio de venta al público recomendado fue en 1974. Hasta entonces, lo normal era que los fabricantes de marcas comercializaran sus productos a un supuesto precio fijo. Este precio estaba fijado por contrato y no podía ser superado ni rebajado por los distribuidores que revendían los productos correspondientes. En el transcurso de la libertad de comercio, que debía dar a los comerciantes más variabilidad en su gama de productos y, por tanto, más oportunidades de venta, el precio fijo se sustituyó entonces por el precio de venta al público recomendado a mediados de la década de 1970.
El precio de venta al público recomendado vertical
El PVP también se conoce por la abreviatura vPE. No sólo es un precio de venta recomendado, sino también un precio vertical recomendado. Este término se basa en el hecho de que un producto es vendido o comprado en el mercado por diferentes actores del mismo, es decir, B2B (Business to Business) o B2C (Business to Customer).
Los actores clásicos que participan en la fijación de precios verticales o que compran un producto a diferentes precios son:
- Fabricante
ImportadorMayoristaMenorista
- Cliente
Como todos los socios comerciales y, por supuesto, también el fabricante, ganan algo con los productos, el precio evoluciona verticalmente de arriba a abajo, normalmente haciéndose más alto.
Posibilidad de información al consumidor y al minorista
Hay dos posibilidades en torno al precio de venta recomendado: la recomendación de precio al consumidor y al minorista. La recomendación de precios al consumidor es generalmente conocida. Esta forma de PVP se comunica ampliamente en la publicidad indicando obviamente un determinado precio para el cliente como precio de venta al público recomendado. El precio de venta recomendado, en cambio, sólo se comunica al comercio sin que el cliente lo conozca.
El efecto del PVP
Como su nombre ya indica claramente, el precio de venta recomendado no es vinculante. Esto significa que los minoristas no tienen que adherirse a ella. Sin embargo, si la recomendación de precio se ha emitido como una recomendación de precio para el consumidor, es más convincente, ya que no siempre es sencillo transmitir al cliente que se está cobrando un precio superior al PVP del fabricante.
El PVP como herramienta de marketing
Sin embargo, el minorista puede utilizar bien el PVP como medida de marketing. Si ofrece su precio de venta individual por debajo del PVP sugerido y conocido por el cliente, éste tiene la sensación de estar obteniendo una ganga especial o de estar depositando su confianza en un distribuidor especialmente favorable.