Algunos médicos explican cómo dejar de comer demasiados dulces

Por qué nos apetecen los dulces: cambiar nuestros hábitos para dejar de comer mal.

Si a veces experimentamos un antojo incontrolable de azúcar, tal vez por una tarta de nata o un esponjoso pastel del paraíso, puede que no sea simplemente una cuestión de gula. En estas ocasiones conviene distinguir hasta dónde llegamos con lo que tradicionalmente se considera un vicio, la gula, y cuándo nuestro cuerpo está tratando de decirnos que tenemos carencias específicas que compensar. Por eso, aquí te presentamos una breve introducción a las razones que se esconden detrás de nuestros antojos de azúcar y cómo dejar de satisfacerlos de las formas más inapropiadas, como los atracones de bocadillos.

Por qué se nos antojan los dulces: el hábito y la hormona del hambre (Gelina)

El cáncer, la diabetes y las enfermedades cardíacas son algunas de las consecuencias del consumo excesivo de azúcar. Pero para luchar contra un enemigo, primero hay que conocerlo, así que la pregunta es: ¿por qué es tan difícil frenar las ganas de consumir dulces o un postre después de comer? Michael Crupain, autor del best-seller estadounidense What to Eat When, y Mehmet Oz, cirujano cardíaco del Presbyterian Hospital/Columbia University Medical Center de Nueva York, respondieron a la pregunta.

Crupain explica que a veces la ingesta de azúcar está motivada por el hábito: tenemos la costumbre, por ejemplo, de comer un postre después de cenar, una especie de recompensa por haber comido la comida. A veces, la recompensa puede ser una merienda al final de la jornada laboral. En este caso, la solución es encontrar una recompensa que no sea azucarada, y por lo tanto posiblemente saludable, para gratificarse: más fácil de decir que de hacer, por supuesto, pero aun así vale la pena intentarlo.

Según el Dr. Oz, el hambre de dulces también podría depender de una hormona del hambre llamada grelina. Esta hormona se eleva cuando no comemos lo suficiente o no mantenemos una dieta equilibrada, por lo que la solución es ponerse a dieta, comer a horas fijas, comer lo suficiente y comer bien.

La ansiedad y el estrés, la falta de sueño: la clave de los antojos de azúcar

Cuando estamos estresados, ansiosos o deprimidos nuestro cuerpo quiere serotonina, porque la serotonina ayuda a regular el estado de ánimo. "Se sabe que los niveles bajos de serotonina en el cerebro provocan antojos de azúcar", explica además Oz. Una vez más, la ecuación es muy sencilla: encuentre una manera de reducir su dosis diaria de estrés y ansiedad para, en consecuencia, limitar su necesidad de serotonina y, por tanto, de azúcar.

Otra buena idea es dormir tanto y tan bien como necesite. "La falta de sueño está relacionada con el exceso de comida, sobre todo con el consumo excesivo de comida basura", explica Crupain. Si a continuación experimenta niveles anormales y persistentes de antojos de azúcar, debe ponerse inmediatamente en contacto con un médico. Los casos extremos podrían ser señal de un problema más grave que la simple gula.

En cuanto a la dieta, aquí tienes seis alimentos buenos para tu cerebro y los efectos de una dieta vegetariana.

Giuseppe Giordano


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