Los bots son cada vez más comunes y cada vez más "inteligentes", y se están convirtiendo en una característica permanente de nuestras vidas en línea. Sin embargo, hay que tener cuidado de no liarse con ellos
En el ámbito informático, los bots (abreviatura de robots) son programas informáticos que, accediendo a la Red a través de los mismos canales que utilizan los usuarios reales, son capaces de realizar las más variadas tareas de forma completamente autónoma. Todo ello gracias, como veremos en un momento, a la inteligencia artificial y al aprendizaje automático.
Esta capacidad ha hecho que, sobre todo en los últimos tres años, los bots se hayan multiplicado, así como sus funcionalidades y aplicaciones. Esta tendencia ha generado confusión entre los usuarios, incluso los más experimentados. Porque, como ya hemos dicho, el mundo de los bots es bastante amplio: hay botnets, utilizados para ataques DDoS y spam; hay chatbots, utilizados por los servicios de mensajería instantánea para automatizar un determinado tipo de comunicación (difusión de noticias, por ejemplo, o atención al cliente); luego hay bots "sociales", es decir, perfiles falsos utilizados en diversas redes sociales para hacer volumen en línea.
Cómo funcionan los bots
Cuando hablamos de bots, nos referimos ahora a verdaderos algoritmos de inteligencia artificial capaces de analizar y comprender -con mayor o menor exactitud- el lenguaje de los usuarios reales que interactúan con ellos. Estas capacidades mejoran progresivamente gracias al aprendizaje automático: los bots son capaces de aprender de sus errores y, sobre todo, de su interacción con personas reales. Esto les permite mejorar su capacidad de análisis del lenguaje humano y, por tanto, ofrecer respuestas cada vez más precisas y exactas.
Bots técnicos
Son, por el momento, el tipo de bot más extendido, y el menos conocido por los usuarios. También porque, en definitiva, operan un poco "en la sombra". Esta categoría incluye, por ejemplo, los rastreadores o arañas web, el software que utilizan los motores de búsqueda para analizar la Red, guardar los sitios web y crear índices que les permitan devolver las SERP que se ajusten a nuestras intenciones de búsqueda. El mundo de los bots técnicos, sin embargo, es mucho más amplio de lo que uno podría imaginar: aquí se incluyen también los llamados wiki bots, programas informáticos que tienen la tarea de automatizar la gestión de proyectos wiki (como Wikipedia, por ejemplo) comprobando si los enlaces (internos y externos) son correctos y funcionan, actualizando automáticamente los contenidos o incluso creando nuevas páginas y nuevas entradas en la enciclopedia libre. En este caso, el bot más famoso (y activo) es el sueco lsjbot: creado por Sverker Johansson, profesor de lingüística cognitiva y evolutiva en la Universidad de Dalarna (Suecia), es el autor de 8 millones de páginas en Wikipedia (repartidas entre las ediciones en sueco y en cebú).
Chatbots
En sus inicios estaba Telegram, una aplicación de mensajería instantánea nacida en Rusia. A partir de ahí, la 'moda' de los chatbot se disparó rápidamente, hasta aterrizar en aplicaciones más conocidas, como Facebook Messenger, por ejemplo. Pero, ¿qué son exactamente los chatbots? Los chatbots son programas informáticos que, aprovechando la inteligencia artificial y el aprendizaje automático, son capaces de simular la capacidad de respuesta de una persona real y, por lo tanto, de simular una conversación con un usuario que les pregunta. Aunque al principio eran muy básicos -las respuestas del chatbot estaban predefinidas y estandarizadas-, hoy en día sus capacidades de análisis del lenguaje y su capacidad para formular respuestas cada vez más complejas están creciendo rápidamente. Esto ha permitido a los desarrolladores, empresas de software y proveedores de servicios crear bots de chat capaces de realizar una amplia gama de tareas: hay bots vinculados a periódicos internacionales -como la CNN, por ejemplo- que informan a los usuarios de las últimas noticias de todo el mundo; bots "meteorológicos" que ofrecen previsiones actualizadas a petición del usuario; y chatbots "camareros" que permiten a los usuarios pedir comida para llevar a distancia. La gran tendencia en el mundo de los chatbots, sin embargo, es la de la atención al cliente: cada vez más proveedores de servicios sustituyen los centros de atención por chatbots dispuestos a dar respuestas y soluciones sin tiempos de espera.
Bots sociales
Los bots se han convertido ya también en una presencia fija en las redes sociales en forma de perfiles falsos. No hace falta mucho para crear aplicaciones capaces de crear docenas y docenas de cuentas que luego pueden utilizarse para los fines más diversos. Algunas personas las utilizan, por ejemplo, para inflar el número de seguidores en Twitter e Instagram y hacer creer que son más famosos de lo que realmente son. El grupo de investigación que está detrás del proyecto Political Bots ha descubierto que un número cada vez mayor de cuentas vinculadas a personalidades públicas están haciendo uso de bots, con el fin de tener una "caja de resonancia" que esté siempre dispuesta a transmitir sus mensajes sin cuestionarlos demasiado. El objetivo es evitar que estos bots sean utilizados para difundir noticias falsas y alimentar así un peligroso círculo vicioso.
Botnets
Como una especie de escalada militar, en los últimos años se ha producido un crecimiento sin precedentes del número de los llamados ordenadores zombis que, una vez infectados, engrosan las filas de las redes de bots. Los bots, en este caso, son dispositivos informáticos infectados con un tipo particular de malware que permite a un pirata informático controlarlos a su antojo aunque esté a cientos o miles de kilómetros de distancia. Los dispositivos -ordenadores, smartphones, smartwatches o gadgets conectados del Internet de las Cosas- se convierten en una especie de marioneta (o robot, en realidad) bajo el control absoluto del hacker de turno. La difusión masiva de gadgets conectados en los últimos tiempos ha aumentado aún más las posibilidades de quienes quieren construir una botnet, poniendo a su disposición decenas de miles de dispositivos fácilmente hackeables (véase el caso del ataque a DynDNS). En la actualidad, las redes de bots pueden estar formadas por unos pocos cientos de miles de ordenadores zombis y se han convertido, como es lógico, en la principal amenaza para la ciberseguridad: redes de bots como Mirai y Ramnit se utilizaron a finales de 2016 y 2017 para perturbar a los proveedores de servicios web mundiales y a las instituciones bancarias grandes y muy grandes.