Un subsidio publicitario (WKZ) es una prestación económica que los fabricantes conceden a sus concesionarios. Esto se utiliza tanto en el cálculo para los descuentos de precios como para la publicidad y otras actividades de promoción de ventas.
La publicidad cuesta mucho dinero, sobre todo si debe ser diseñada y producida con una alta calidad. Los diseñadores gráficos, los fotógrafos, los camarógrafos y los redactores exigen sus honorarios, y los espacios publicitarios en revistas, periódicos, televisión y radio o Internet a veces devoran grandes sumas. Sobre todo las pequeñas y medianas empresas agotan rápidamente sus presupuestos publicitarios si quieren hacer algo más que publicidad local.
Los fabricantes apoyan a sus revendedores
Por eso muchos fabricantes recurren a los medios de subvención de los costes publicitarios para ayudar económicamente a sus revendedores y dar a conocer sus propios productos. Sin embargo, esto no significa que la WKZ se pague en forma de dinero. Las contribuciones en especie también pueden incluirse en este término y contabilizarse en consecuencia. Ejemplos de estas aportaciones en especie son:
- Impresión de catálogos o colocación de anuncios: El fabricante paga parte de los costes para que su mercancía esté especialmente posicionada y destacada.
- El comerciante compra una determinada cantidad de artículos: a cambio recibe un descuento en especie, para poder ofrecer el producto a un precio especialmente bajo en una promoción especial, por ejemplo.
- Transferencia de artículos relacionados con el producto suministrado: puede tratarse de expositores, estanterías o vitrinas específicas para este artículo, un secador de pelo con impresión publicitaria para una peluquería o un grifo con la etiqueta de una cervecería en un pub.
La práctica de las subvenciones publicitarias suele ser criticada porque pone en peligro la competencia y da una imagen distorsionada de los precios que realmente son necesarios.
Acuerdos entre fabricantes y concesionarios
Sea cual sea la forma que adopte una WKZ, la base es un acuerdo contractual entre el dador y el tomador en el que se describen las condiciones generales. En el pasado, era habitual que el comerciante presentara pruebas exactas de sus gastos. Esta práctica se utiliza cada vez menos hoy en día. Los fabricantes basan cada vez más la determinación de la subvención de los costes de publicidad en el volumen de negocios realizado con un distribuidor o en el número de sus nuevos clientes. El primero reduce así su carga administrativa, el segundo tiene más libertad a la hora de diseñar sus medidas publicitarias.
No te olvides de la Agencia Tributaria
Si la subvención de los gastos de publicidad se paga por transferencia bancaria o cheque, se considera un ingreso empresarial y debe contabilizarse en consecuencia. El IVA también debe figurar en las notas de crédito o en las facturas. Las contribuciones en especie y las rebajas en especie deben registrarse como otros ingresos, por lo que las contribuciones en especie pueden amortizarse mientras se utilicen.