A partir del 15 de septiembre, Huawei ya no podrá fabricar sus propios procesadores y se verá obligada a pedir ayuda al extranjero
La Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos (FCC) lleva tiempo colocando a Huawei en la lista de empresas tecnológicas consideradas un riesgo para la nación, y desde hace más de un año el presidente Donald Trump ha intensificado su batalla sin cuartel contra esta compañía, símbolo del dominio chino en el sector tecnológico.
El último "veto" de Trump va mucho más allá de la prohibición a las empresas estadounidenses, ya vigente desde mediados de 2019, de colaborar con empresas chinas incluidas en la lista negra (como Huawei): ahora ni siquiera las empresas extranjeras pueden hacerlo, o de lo contrario perderán la posibilidad de colaborar con empresas estadounidenses. Una prohibición que pretende aislar totalmente a Huawei y echarla del club de los gigantes tecnológicos en el que ha jugado un papel importante durante varios años. En la práctica, esto podría llevar a Huawei a no poder producir sus SoCs Hisilicon Kirin. O, para ser más precisos, que los produzca la taiwanesa TSMC, Taiwan Semiconductor Manufacturing Company. Pero Huawei ha encontrado recientemente un aliado inesperado: la estadounidense Qualcomm.
Por qué TSMC ya no puede producir chips Kirin
La nueva prohibición de Trump impide a las empresas extranjeras trabajar con Huawei a partir del 15 de septiembre. TSMC es la empresa que construye físicamente los chips para casi todos los gigantes de la electrónica mundial: incluso Apple, tras anunciar su adiós a los procesadores de Intel, hará que sus nuevos procesadores sean construidos por esta empresa. Los SoCs de Kirin son diseñados por Hisilicon, parte del grupo Huawei, pero son impresos por TSMC (con la participación de otros proveedores de tecnología no chinos).
TSMC, a su vez, produce chips utilizando máquinas y tecnologías fabricadas en gran parte en Estados Unidos. Por esta razón, la empresa taiwanesa no puede permitirse decir que no a Trump. Huawei, por otro lado, no tiene otros proveedores disponibles porque las fundiciones de chips en China tienen todas un proceso de producción demasiado atrasado para producir la última generación de Kirin 1000.
Qualcomm respalda a Huawei
Según el Wall Street Journal, Qualcomm ha estado presionando fuertemente a la administración Trump para aliviar las sanciones contra Huawei. Hace unos días, a finales de julio, las dos compañías pusieron fin a una guerra de patentes por el 5G y llegaron a un acuerdo: Huawei pagará 1.800 millones de dólares a Qualcomm (que la acusaba de infringir algunas de sus patentes) y comprará componentes electrónicos a la primera para construir sus futuros smartphones 5G.
O, al menos, podrá hacerlo si Trump lo permite. Se calcula que las ventas de Qualcomm a Huawei podrían alcanzar los 8.000 millones de dólares al año. Según Qualcomm, si Trump no afloja las restricciones, Huawei se verá obligada a buscar la alternativa en China, y tarde o temprano la encontrará.